miércoles, 16 de noviembre de 2011

Freírlo o guisarlo.

Hace un par de días se han reunido el candidato a hacer el ridículo en las próximas Elecciones Generales, Alfredo Pérez y el secretario nacional de UGT, Cándido Méndez, por el lado socialista; y por otro lado, el secretario nacional de IU, Cayo Lara y el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo. En ambos casos el tema, como es fácil imaginar, era si la dirección de los sindicatos, sociata y comunista, darían su apoyo, pidiendo el voto, cada uno a su cada cual. La respuesta, en otras circunstancias, habría sido una mayúscula sorpresa, pero en esta ocasión, sin haber ido a estudiar a Salamanca, la respuesta en negativo es absolutamente lógica, desde la falsa posición que van a quedar estos dos “trabajadores”, con la llegada del PP al gobierno de la Nación.

¡Pero, como se les ha ocurrido! Hace falta ser necios para, en estos momentos, pedir a esos “trabajadores” que se signifiquen a su favor, cuando uno, Cayo Lara, no tiene un euro, y el otro, RuGalcaba, está a punto de entregar la llave de la caja del dinero. El Toxo y el Méndez serán unos golfos desahogados, pero no gilipollas. Ellos saben que en estos precisos momentos lo mejor que deben hacer es caminar de puntillas mirando al cielo y silbando la música de “El Puente sobre el rio Kwai”, a la espera de tiempos mejores, para ellos, que serán peores para el resto de los españoles. Esperemos que el proximo cajero, sepa dar a los pocos euros que nos quedan mejor destino que dárselos a los sindicatos y a la patronal.

Y, claro está; en lo que se refiere al aspirante, lo está viendo tan crudo, que no sabe qué hacer, si freírlo o guisarlo. Señor Pérez; haga usted lo que haga, al final, es su drama, usted resulta cómico en su empeño, pero la obra que está representando es un dramazo de órdago a la grande; para usted y sus secuaces; para mí, es como una película de los Hermanos Marx: graciosa, pero rancia. 

HOY TIRAMOS POR LA TAZA DEL EXCUSADO, A:

Alfredo Pérez RuGALcaba,
candidato a darse la galleta electoral.

Un invento saleroso
Se le ocurrió de momento;
La ocasión tomó presto
dando un mitin portentoso.
Eso ocurrió en un bar,
De  la villa de Betanzos,
Y después de los abrazos
el muy pillo, marchó sin pagar.
Por acción tan reprobable,
No me queda más remedio
Que aplicarle el castigo
De nombrarle vaterable.
Por chupón y miserable.

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