jueves, 13 de octubre de 2011

No más “latas de sardinas”.

12 de octubre, día de la Hispanidad, he visto el desfile de los ejércitos de mí Patria ¡qué belleza!  ¡Cuánta nostalgia! Me he visto desfilando entre la gallardía militar de la hermosa juventud, como ya lo hice hace años, ante el Invicto Generalísimo de España, don Francisco Franco, a pie firme; figura erguida, y no chuchurrío y sentado.

Hoy, mujeres y hombres, bellamente uniformados –azules de marina y aviación, verde de la guardia civil, blanco de los montañeros, el tradicional “caqui” de los legionarios, las capas rojas de los regulares… y todos, orgullosos de pertenecer al ejército español. Los paseos del Prado y de Recoletos de Madrid, esta mañana han tenido el honor de acoger el paso recio de nuestro escudo protector: nuestro EJÉRCITO; el ejército del país más importante y bonito del mundo. “Ser español es una de las pocas cosa serias que se puede ser en el mundo”. Eso dijo nuestro camarada, “siempre presente”, José Antonio Primo de Rivera.

Por muchos zapateros; felipeX; chacones; rubalcabaX; guerraX; bonoX; pajines; pepiños; carrillos; etc. que vengan, jamás podrán destruir esta nación; podrán hacerla tambalear empleando alguna argucia de las que los "progres" tanto hacen uso, pero no la tirarán.

Se avecinan tiempos de cambio. Se van los malos ¿serán mejor los que vienen? El tiempo nos traerá la contestación pero, entre tanto, Dios quiera que para dirigir el ministerio de la Defensa, se nombre a una persona que respete al Ejército; que quiera al Ejército; que sepa ver las necesidades del Ejército, y con el dinero que se le asigne, le dote del material necesario para nuestra protección y para su propia protección en su actuación dentro de nuestras fronteras, o en su actuación en las campañas que le sean asignadas en el extranjero; no más “latas de sardinas” disfrazadas de vehículos acorazados, en donde mueren nuestro soldados sin posibilidad de defensa.

¿Será posible que entre todos los mandos de nuestro ejército no haya un militar mejor preparado para ministro de la Defensa que la señora Chacón? Pues, si fuera así, que no lo es, habría que cerrar y derribar todas las academias militares y cuarteles de toda España, y licenciar a todos los mandos, de cabo a general, para empezar de nuevo, llamando a filas a los niños, según vayan saliendo de las maternidades.

¡Qué lástima! Ya me gustaría saber lo que dirían los capitanes Daoíz y Velarde, héroes contra el francés en Madrid; el capitán Palafox, héroe contra el francés en Zaragoza; el comandante don Juan Alonso y el teniente segundo Saturnino Martin héroes de Baler, Filipinas; el soldado Eloy Gonzalo, héroe en Cascorro, Cuba; el capitán don Santiago Cortés, héroe contra los rojos en el Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza; el coronel Moscardó, héroe contra los rojos en la Academia Militar de Toledo; etc. que dieron su sangre por la Patria, algunos la vida, si hubieran tenido que soportar como ministros de la Defensa –antes de la Guerra- a los 16 que lo fueron con la democracia, entre los que se encuentran Bono “El polos”,  “pies planos” Narciso Serra y a la antimilitarista y separatista Carmen Chacón.

La fecha de mi jura de la Bandera –con el águila-, el día de mi primera comunión, el día de mi boda y los días de los nacimientos de mis hijos, son las cartas positivas que he disfrutado; son los triunfos importantes de este juego que uno empieza llorando y termina haciendo llorar a la familia… o, ¿No?

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