martes, 20 de septiembre de 2011

El mejor argumento.

¿Cuántos españoles (sin contar a los del 15-M) estamos en contra de la situación que estamos viviendo? ¿Cuántos españoles de bien creemos que la Democracia, tal y como administra el Estado, no es el régimen que nos pueda sacar de la crisis que asola España? ¿Cuántos españoles creemos que los políticos que nos están gobernando (Gobierno y oposición) son los culpables de nuestro empobrecimiento? ¿Cuántos españoles creemos que la Monarquía parlamentaria es una entelequia? ¿Cuántos españoles estaríamos dispuestos a cambiar la Democracia por una solución distinta, más ajustada a la ética, al derecho y a la decencia?

Con plena consciencia y conciencia, muchos cientos de miles o quizá llegarán a algún millón, que, junto a los que reaccionan al reconocer su mala situación, posiblemente el 50% de los españoles. Es necesario encontrar la forma de juntar deseos, y formar un movimiento cívico que termine con esta raza de sinvergüenzas que tenemos al frente de la Nación, que se acercan a la política con el único propósito de enriquecerse, de cualquier forma indecente; de la manera más rápida; aunque se hunda España por el peso de los prestamistas. No hago excepciones. Los que llegaron, aun con el pelo de la dehesa, con una mano delante y la otra atrás, tapando sus escaseces, y los que con buenos ingresos y trajes o vestidos caros, llegaron de la empresa privada. Todos salen de la estela de la administración más ricos que cuando llegaron.

El ámbito en el que nos movemos (la hoja de este blog) es pequeño, pero la posibilidad de que se nos oiga, en el medio donde nos movemos, es tan grande como cada uno de nosotros seamos capaces. En la oficina; en el taller; en la fábrica; en el comercio. Nosotros somos personas decentes, en todos los casos, y nuestra opinión, expresada adecuadamente, sin imposición; solamente con la fuerza de la razón, se abrirá camino en la inteligencia de quienes nos escuchen. ¡Soy español! Y no me avergüenzo ¡soy cristiano! Y no me avergüenzo ¡soy nacional sindicalista! Y no me avergüenzo. Es más, me siento muy orgulloso de mis tres “defectos”. La verdad se debe defender hasta la muerte.

El mejor argumento en contra de la Democracia son 5 minutos hablando con el votante medio (Winston Churchill).

Deberíamos tomar nota de la cita de don Winston Churchill, y montar la estrategia honesta, para hacer más fácil nuestra dedicación a la CAUSA.

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