viernes, 23 de septiembre de 2011

El héroe necesario.

No es una frivolidad; “El Águila Roja”, el pasado lunes, en hora punta, ha llegado a reunir frente a la pantalla del televisor a seis millones de telespectadores, que no es paja. Seis millones de espectadores es casi el 8% del total de habitantes de este país, remotamente llamado España. Y os preguntaréis que como es posible que yo, que siempre trato de comentaros a mi estilo los despropósitos que a diario comete la gentucilla dirigente, hoy, extrañamente, me haya fijado para comentaros, en algo tan pueril y fútil como suele ser un serial televisivo, que para más inri, lo pasan por la 1ª cadena de la televisión rubalca-vil.

Es un héroe popular –para mí, más que la Belén Esteban-. A primera vista, y si solamente nos fijamos en las escenas, como un simple pasatiempo, saldrán las letras del final del capítulo y sin más, nos iremos a la pantalla de “Intereconomia” para ver “El Gato al Agua”. Pero ¡Un momento, por favor! ¿Porque vemos seis millones de españoles el Águila Roja? ¿Porque todos o casi todos cambiamos a Intereconomia, eh? Os diré mis razones y vosotros me diréis si tengo o no tengo razón; si levantáis el pulgar, o lo bajáis y me echáis a los leones.

La cifra de seis millones es la oficial, la que esos extraños artilugios son capaces de medir con  seguridad sorprendente. Pero la realidad es más voluminosa; las españolas y españoles que nos identificamos con el heróico personaje; las españolas y españoles que necesitamos a tan heróico personaje, sin ningún tipo de dudas, somos el 99% de los españoles, españolas incluidas. El 1% que resta, son los políticos de todas las instituciones y de toda laya –altas y bajas- del Estado; los sindicalistas, los traficantes de alucinógenos y drogas en general; muchos de los componentes de la judicatura; los separatistas y en general, toda la gente de mal vivir , que curiosamente, viven de cojón de pato viudo.

Si, mis queridos camaradas, amigas y amigos; ante la ruinosa situación –ética, moral y económica- en la que estamos sumergidos, todos pensamos; deseamos e imploramos a Dios y a todos los santos, que nos mande un súper héroe similar al Águila Roja, o directamente al Águila Roja, ya que solamente alguien así, nos podría sacar a la superficie, y encaminarnos hacia una recuperación que, indiscutiblemente sería lenta, pero en unas manos tan fuertes, sería firme y duradera. Así podría ser, si ocurriese el milagro, en lo económico; en lo ético y moral, la heroicidad nos corresponde a cada uno de nosotros; primero recuperándonos de manera individual y después, ayudar a recuperarse a los más débiles.

“El Águila Roja” no podrá ser; bien. Y, a cambio, que se nos propone como compensación, esto: en un simbólico ring, bajo los focos; a la derecha, Mariano Rajoy “chiquito de S. Compostela”. ¿Qué queréis que os diga? Héroe…héroe… vale, admitiremos pulpo como animal de compañía. A la izquierda, de rojo  -tupé extraviado-, Fredo Rubalcaba “El Cuervo Negro y Feo”. Y de este ¿Qué os podría decir? ¿Creéis que sería el héroe necesario? ¡No! Seguro que estáis pensando todos y todas, que este es peor que el “Comisario”; y que con este al frente del “ejército de salvación”, no nos sacaría del charco ni la mismísima Gemma Mengual y su equipo de guapísimas sirenas de culitos parlanchines; dicho con admiración, respeto infinito y sin ánimo de lucro (que esto, luego, lo lee mi mujer).

¿Verdad que no son tan frívolos el tema y mi comentario? O, acaso, sí.

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