viernes, 15 de julio de 2011

¡Para qué pensar!.

Hoy, sorprendentemente, he decidido por primera vez después de casi una vida, y saltándome a la torera el consejo de mi médico, ponerme, durante un ratito corto, a pensar, con lo dañino que puede ser para mi salud mental, ya suficientemente dañada por haber vivido bajo la que parece ser que fue la peor, según cuentas algunas personas, de las dictaduras habidas en este pecador mundo a lo largo y ancho de su historia: la dictadura que salió del Alzamiento militar, habido el 18 de julio de 1936.
Os tengo que confesar, que aunque he pensado solamente unos minutos, tengo las pocas neuronas que me quedan, atacaditas, las pobrecillas, por las agujetas. Esto es muy duro; creo que no volveré a hacerlo en lo que me reste de vida, si es que esto que estamos viviendo en España se le puede llamar vida, que hay que joderse lo dificil que se pone.
Mi trasgresión al consejo del galeno -siempre hay un motivo, para el mal-, surgió la noche del día 12 (hace dos días), mientras veía el programa “Madrid Opina”, en el que se pasaba un espacio producido por Telemadrid y el Instituto CEU, Estudios Históricos, que describe el asesinato de don José Calvo Sotelo; al que siguió un coloquio en el que participaron, Don Alfonso Bullón de Mendoza, y don Luis Togores, catedrático y secretario de estudios, respectivamente, del CEU, como autores del reportaje, y don Antonio Elorza, catedrático de Ciencias Políticas UCM; don Julio Arótegui, Catedrático de Historia Contemporánea UCM; don Gabriel Albiac, Catedrático de Filosofía UCM; y Justino Sinova, catedrático de Periodismo CEU.
El reportaje mostró con respeto, pero con crudeza, paso a paso, como unos asesinos, militantes del PSOE, secuestraban y asesinaban a un político en funciones, solamente por el delito de defender una postura política contraria a la del partido socialista. El reportaje, como seguramente veríais vosotros, mis queridos camaradas, y muchos miles de madrileños, no dejaba lugar a dudas, los asesinos eran miembros del PSOE, como fueron miembros del PSOE y UGT, los jefes y muñidores (Largo Caballero e Indalecio Prieto) de la Revolución de 1934 en Asturias;  como fue del PSOE Agapito García Atadell, jefe de “la Brigada del Amanecer”, tropa de asesinos que entraban en las casas, violaban a las mujeres y se llevaban a los hombres, a darles “el paseo”; como eran y son miembros del PSOE, los jefes muñidores del GAL, y como son Miembros del PSOE los jefes y muñidores del “faisán”, y como serán miembros del PSOE, los activistas del próximo “acto”, que Dios quiera que tarde muchos años en llegar. Porque llegar, llegará; lo llevan en los genes. La historia del PSOE (el color rojo que predomina en sus carteles, es el color de la sangre de las personas que los socialistas han asesinado), está jalonada de hechos criminales y robos a gran escala.
De ahora en adelante, seré prudente, y seguiré los consejos del médico: no pensaré. No pensaré que tengo que convivir con rufianes, chorizos, prevaricadores, malversadores, asesinos, raptores, terroristas, salidos del P… ¡Para qué pensar!

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