lunes, 11 de julio de 2011

Nerviosito perdido.

Creo que no voy a descubrir ningún secreto de Estado, si digo que España está pasando por el peor momento de su historia. El estado de su economía anda por los suelos de los mercados internacionales, cada día más arrastrado. Las instituciones, sin excepción, desacreditadas en el interior y exterior, por su comportamiento fraudulento, por su corrupción, por su ineficacia, y por su escasez intelectual. Y como resultado de todo ello, la sociedad española se encuentra en total descomposición: la industria, en estado preagónico; el comercio, camino del cementerio, y los que no son ni una cosa ni la otra, con los fondillos de sus bolsillos totalmente vacíos, y los ojos suplicantes mirando a “Santa Cáritas”. 
No hay nada en este Solar Patrio que funcione como la seda; da la sensación de que vamos montados en un carro con las ruedas unas veces ovaladas y otras cuadradas. De pronto sale un ministro  y nos dice que hemos salido de la crisis y que ya estamos creando empleo, y a los cinco minutos sale otro ministro y nos dice que la economía estará estancada durante unos cuantos años. Pero no es solamente la economía lo que está estancado; también está estancado el pudor, la decencia, la honestidad y el decoro de estos políticos de cloaca, que han permitido que esas virtudes se les hayan podrido sin usarlas.
Pero no debemos desesperar; la solución está al caer. Como la hermosa flor que crece entre el estiércol (mierda en castellano), ha surgido el héroe que hace muy poco tiempo pedía yo. No, no es Superman;  no es Spirdeman; no es Batman; ni siquiera es Águila Roja. El súper de los superhéroe es: ¡Tata chin tata chin! “El Cuervo negro” (en la intimidad, Alfredo P. Rubalcaba).

Él, con sus recetas secretas, transformará los Polígonos abandonados en puntos industriales de alto rendimiento; los cientos de miles de locales de comercio que se encuentran cerrados, en puntos de atención constante al aluvión de clientes que les ha de llegar; conseguirá que los cinco millones de parados, puedan elegir, cada uno, entre varios empleos,  aquel que más les guste y mayor rendimiento económico les proporcione; tambien convertirá a los políticos nacionales, en personas decentes y respetables. Como alquimista de leyenda, convertirá el plomo en oro, y al precio que está el noble metal, nos hará millonarios a todos los españoles, sin distinción, porque él quiere ser el presidente del gobierno, de todos, y para todos los españoles.
Estoy de acuerdo con vosotros, mis queridos camaradas y amigos, y amigas, que también hay, que no tiene la apostura de los héroes al uso, ni siquiera tiene el aspecto del “Súper agente 86”, el del zapatófono; más bien, creo yo, que se parece a “Mortadelo”, la pareja de hecho de Filemón, en el físico, y en lo “profesional”, por su facilidad para el camuflaje, y su capacidad para idear descabelladas estrategias que sirvan para resolver problemas (ETA y Faisán).
Estoy nerviosito perdido; nos vamos a divertir ¡Ya lo veréis!

1 comentario:

Ramiro Semper dijo...

En España estamos como estamos porque, frente al peor Gobierno de nuestra Historia se encuentra la peor oposición. Nunca tantos gilipollas coparon la política del Rey abajo.