lunes, 13 de junio de 2011

Se cura con los años.

El director cinematográfico Moncho Armendáriz, en las páginas de cultura del diario “El Mundo”, del domingo día 12 de junio, asegura con rotundidad que es la juventud la que siempre da los cambios. “Es el elemento social más sincero, el que se manifiesta sin careta”. Este simple parece haber olvidado que algunos de sus jóvenes paisanos y otro jóvenes afines de las tres provincias vascongadas, para lograr hacer los cambios que quieren, usan, no caretas, sino pasamontañas que apenas dejan ver sus ojos asesinos, explosivos traidores que colocan en los bajos del coche de alguna persona de bien, en lugares públicos donde la muerte es indiscriminada, en las proximidades de cuarteles de la Guardia Civil, o el cobarde tiro en la nuca.
Nadie ha de decirme, para que me dé por enterado, que no toda la juventud es así ¡estaría bueno! Pero, si a esos desalmados unimos a los que en estos días, desde el 15 de mayo, ensucian calles y plazas de casi todas las ciudades de España, los que se encuentran enganchados a las drogas alucinógenas, los que se entregan al botellón en los Campus universitarios cuando les viene en gana, que es con mucha frecuencia, y los que lo hacen los fines de semana, los que se encuentran en las penitenciarías y los que se encuentran muy a gusto viviendo cómodamente de los padres, en casa de los padres, y los que “hacen carrera” en los partidos políticos, especialmente en la izquierda “progresista”, se llega a la conclusión de que Moncho Armendáriz dice las mismas idioteces que dicen las personas incapaces de aportar, no lo han sido jamás, nada de valor a la sociedad en la que flotan, como un corcho en un barreño: cualquier rumbo les lleva a ninguna parte.
Me sudan las… corvas, de escuchar hasta la saciedad que esta juventud está mejor preparada que ninguna otra, en la historia de este país. ¿Por su propio impulso? ¿Acaso es que nacieron con el álgebra aprendido? ¿Es que entre tanto que iban pasando los meses, hasta nueve, ellos en tan cómodo lugar, uno a uno fueron aprendiendo la lista de los Reyes Godos? ¿Aprendieron medicina, Derecho, Arquitectura, Ingeniería en sus distintas ramas, etc. etc. etc.? No; está claro que no. Para que esta juventud demuestre que es la mejor preparada de la historia, tendrán que demostrarlo con el paso de algunos años con buenos resultados y, aun así, esos magníficos resultados que se auguran, deberán repartir méritos con los maestros, profesores y catedráticos que, desde el escalón al que ellos llegaron, les están impulsando hacia adelante, habiendoles llenado el zurrón con su sabiduría.
Todos los que hemos tenido buen maestro, cuando ponemos en marcha nuestra capacidad profesional en esa actuación, siempre hay parte de la ciencia que ellos nos regalaron, la que se hizo hueco en nuestro cerebro y tiramos de ella cuando es menester. Si yo he alcanzado el nivel profesional que tengo, sin discusión es gracias a mi padre, que fue mi maestro, y no soy mejor que él, solamente hago cosas distintas a las que él hacía, pero básicamente iguales.
Para terminar, haciendo el “chorra”, diré esa sentencia que solemos usar los viejos para darnos ánimos, cuando los jóvenes nos faltan al respeto: “la juventud es una enfermedad que se cura con los años, si no te quedas por el camino”

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