martes, 21 de junio de 2011

COMENTARIOS.

Los seres humanos tienden a equivocarse con demasiada frecuencia, y emiten juicios de valor sin intentar enterarse a fondo sobre la materia que enjuician. Eso es lo que le ha pasado a la persona que nos escribe, emitiendo un juicio de valor sobre mí, sin tomarse la pequeña molestia de ponerse en contacto con un servidor. Les aseguro que si alguien quiere conocerme, no tiene más trabajo que ponerse en contacto a través de la página de mi blog.
A quien usted sea: se equivoca al presumir que se utilizar muy bien la lengua castellana. No se puede usted hacer idea de la dificultad tan grande que me supone escribir esas cosillas que, alguna de ellas, le parecen a usted sandeces. No soy culto en un sentido amplio, pero si tengo la fortuna de haber conocido personas que me han enseñado lo que en los libros no me dio tiempo a aprender. Soy un trabajador desde los once años de edad. He padecido miseria (piojos), he pasado hambre; frio; enfermedades por malnutrición.
Y, si; estoy más loco que una cabra, pero, como aquel título de una película española, muy antigua “Locura de Amor”. Estoy loco de amor por España, y por los españoles/as –más por estas que por aquellos- que así se sientan. No sé en qué tramo de su vida se encuentra, y como consecuencia, tampoco sé si  ha conocido adecuadamente lo vivido durante la “época innombrable”. Si vivió aquella época, ya tendrá hecha una opinión y yo no voy a tratar de hacerle cambiar, pero, si su opinión es de nuevo cuño –o sea, es usted venturosamente joven-, solo le aconsejo que trate de enterarse, si es que le interesa, por escritores de contrastada imparcialidad.
Me tomo la libertad de aconsejarle/a, como acto recíproco, ya que usted me aconseja que viva el presente y no rememore unos días terribles para los que estuvieron ahí.
Le doy las más expresivas gracias a usted, señor/a, o señorita, por hacerme entender que, a lo largo de estos meses que llevo escribiendo en este insignificante escaparate (mi blog), no he sabido expresarme adecuadamente, ni he sabido demostrar que, los personajes, incluyendo a Francisco Franco y a José Antonio Primo de Ribera, que intervinieron en la guerra española, 36-39, los que lucharon y algunos murieron dando vivas a Cristo Rey, y a España (no los que decían “Viva Rusia, Muera España”), para mí, son personajes de la Historia de España; perdón, de la mejor Historia de España.
Terminaré esta página enterándole/a, de que tengo amigos de todos los credos religiosos e ideales políticos, a los que respeto de la misma manera que ellos me respetan y, si usted me lo permite, le/a pondré entre ellos, siempre que no use el anonimato. Para su tranquilidad, si en algún momento le he parecido belicoso, no estoy armado.
Si en algún momento desea decirme algo, estoy a su entera disposición.

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