Presidente marioneta.

Llámenlo como quieran que llamen a la nominación del Pérez Rubalcaba como aspirante a encabezar la lista del PSOE para las próximas elecciones generales, la realidad es que es un “dedazo” en toda regla. Este fin de semana, en los periódicos, emisoras de radios y televisión, los articulistas, los presentadores y tertulianos aseguraban que el José Luis, había utilizado el dedo que normalmente usa para hurgarse la nariz, para señalar al Pérez como sucesor, mientras él se queda con la Secretaría General. Falso de la mayor falsedad. Lo cierto; lo indiscutiblemente cierto, es que el Pérez ha extendido su dedo índice de la mano derecha y poniéndola sobre su pecho, se ha autonombrado dueño y señor del partido, dejando al José Luis, como un “ninot” listo para ser quemado en el momento que se estime propicio. Entre tanto, seguirá siendo el presidente marioneta.
Es patético ver como las ratas (Fernández Varas, Barreda, Griñán, el charnego Montilla, Patxi López, “Bruto” Pepiño y un largo etcétera), han ido saltando de la “chalupa” carcomida y a punto de zozobra, y se han pasado sin rubor a las filas del “indiscutible incombustible” Pérez. El que fue portavoz del gobierno del GAL, y el que hasta el día de hoy, es el portavoz del peor gobierno que jamás tuvo España. Toda esa tropilla de inútiles, que con su inutilidad cooperaron a la ruina actual, económica y moral. Ya nadie sale a apoyar la tesis de las primarias; ya nadie habla de lo democrático del evento, y si de que eligiendo a Alfredo “espidi González” Rubalcaba, se cohesiona el partido; se comprende que entre otras gilipolleces, el señor Zapatero tiene al partido totalmente descohesionado. “Tie tela el tío”.
El sábado pasado tuve la enorme fortuna y el privilegio de asistir a la entrega de la licenciatura en el Aula Magna de la facultad de derecho de la Universidad Complutense. Para mí, tan alejado del mundo universitario, fue como un “chute” de inteligencia en vena. Aquellos profesores del Derecho hablándoles a los chicos y chicas a punto de alcanzar la licenciatura, ellas todas guapísimas, ellos… es lo mismo, todos bien arreglados, y a sus familiares. No se me podrá olvidar jamás, aunque viva más años que el genocida de Paracuellos. Allí estaba, no me cabe la menor duda, la verdadera juventud, los que no esperan acampados en la “Puerca del Sol” a que alguien les vaya a solucionar su consumo de bebidas, su consumo de “maría” y su lugar de residencia. Cómo me habría gustado ser uno de aquellos jóvenes, bajando ilusionados a recoger de la mano del rector el diploma de mi licenciatura, y al terminar el acto académico, unir mi voz con los demás, para cantar el Gaudeamus Igitur.
Queridos camaradas que me honráis leyendo estas cosas que os cuento, quiero deciros, a los que estéis intentando hacer una carrera universitaria, que pongáis todo vuestro esfuerzo en lograrlo. A los que sois mayores, si tenéis estudiantes en casa, hacerles ver que hoy, más que nunca, la inteligencia junto con el conocimiento, puestas al servicio de España, son las herramientas que nos sacarán de esta desastrosa situación.
Y la Tuna cantó: “hace tiempo que empecé la carrera de derecho y desde que la empecé, no he hecho nada de provecho…”