martes, 17 de mayo de 2011

Otra medalla para su asqueroso currículo.

Desgraciadamente, apenas me siento en el sofá de mi casa, frente al televisor encendido, van apareciendo los reportajes y los espacios propagandísticos de los distintos partidos. Entonces, me pongo el disfraz de mártir, y como un padre franciscano, me dispongo a escuchar con atención extrema e infinita paciencia, el fondo de los discursos de los distintos líderes, sus voceros y sus palmeros. A quien les escribe el panfleto, que más tarde vocean los marionetos y las marioneta hasta que desgañitados/adas echan babas por la boca, debería de colgarles, de esas cosas que algunos hombres tenemos entre los muslos, y que son tan delicadas, por mentirosos e incultos profundos.
Cuando por fin acaban los espacios promocionales, me voy al cuarto de baño, y ante el espejo me miro detenidamente de frente y los dos costados de la cara; con la ayuda de un espejo de mano, llego a verme de la trasera de la cabeza, ya un poco descapotada. Una vez terminado el escrutinio vuelvo al sofá, convencido de que, por mucho que insistan los políticos, ni soy idiota, ni tengo cara de idiota. Así que he llegado a la conclusión inteligente, de pensar que los que son, en su inmensa mayoría, idiotas, son ellos; nosotros, la gente decente, solamente sufrimos en nuestras carnes sus idioteces en las campañas electorales, y una vez establecidos en sus puestos... pasemos a otro tema, que este no merece la pena.
Una encuesta realizada por la Fundación Ortega y Gasset-Gregorio Marañón, el 70 por ciento de los votantes del PP ven cosas positivas y negativas en la época franquista. Siempre he sabido que en ese partido hay muy buena gente, muchos de ellos, aun sin saberlo, están esperando un auténtico líder que les lleve de nuevo a la buena senda: la del trabajo; la del respeto; la de la tranquilidad. También hay, no entiendo la ecuación, un 38 por ciento que piensa que el franquismo (les da miedo deir el nombre de la persona que lideró los destinos de España, ¡Francisco Franco!), fue negativo para el país. Estos deben ser los de las últimas hornadas; los nacidos poco antes de la muerte del Generalísimo, y lo que saben de aquella época se lo habrá contado algún cernícalo. En la banda socialista y en los “rojetes revueltos” los tantos por ciento son del 39 los primeros y 24 los otros. Y llegan a la “rara” conclusión de que los españoles, después de 36 años, aseguran, en un 51 por ciento que durante aquellos cuarenta años en España, se hicieron cosas positivas, y cosas negativas; como en cualquier país, y en cualquier época. Lo importante es que el saldo fue a favor, lo que no pasa ahora.
El domingo pasado, día en honor de san Isidro, en un pueblo de nuestra provincia, Navalcarnero, estuvo a punto de no celebrarse la romería del santo, porque unos bestias, unos hijos de señoras putas, amparándose cobardemente en las sombras de la noche, entraron en la iglesia parroquial, y a martillazos, rompieron la imagen de san Isidro, y algunas imágenes más. Este es el resultado del odio sembrado por el señor Rodríguez, hacia la religión que mayoritariamente practicamos los españoles. Esta, es otra medalla para su asqueroso currículo.
Por cierto; la romería se celebró, con el santo restaurado. Peor fue lo de Roma, y no pudieron con los cristianos.

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