La segunda romería de “pásalo” le va a estallar en plena cara al señor Rubalcabra; esta vez lo ha medido fatal para sus intereses. A la llamada, además de los tontos útiles que siempre se descuelgan, solamente han acudido, los “señoritos ácratas”, los “ocupas” y los “ni nis”. La tropa que vive del presupuesto paterno, en la casa familiar, y los que se lo montan vendiendo toda clase de “mercancías”. ¿Qué es lo que buscaban don Alfredo y sus palmeros montando este circo? Apalear el charco para que el reflejo del agua fuera movido y turbio, y ya se sabe: a río revuelto ganancia de pescadores. Pero esta vez no hay peces que pescar, ni aunque use cartuchos de dinamita o de titadine. Los españoles, esta vez, no están sensibilizados por más desgracia que la de tenerles que seguir aguantando, si Dios no nos echa una mano antes, un año más y, para quienes hemos aguantado siete, uno más… se nos hará corto porque, entre tanto, durante esos 365 días, nos estaremos partiendo el pecho, por la risa que nos habrá provocado el estrepitoso fracaso de estas elecciones del 22 de mayo.
En la emisora de radio, rescoldo soviético, la SER, estos dos últimos días, en contra de mi voluntad, he estado escuchando lo que de alguna manera ellos parece que están ¿Pidiendo? ¿Proponiendo? ¿Exigiendo? Haciendo un pequeño puzle he llegado a la conclusión de que esta gente, los cabecillas, han cogido todas las peticiones tópicas que el ser humano ha sido capaz de exigir desde que el Mundo es Mundo; y a falta de mejor discurso, esta vez don Alfredo no se lo ha mandado, las suelta como si fueran fruto de sus desarrolladísimos cerebro.
“Todos los españoles tiene derecho a una vivienda digna”: yo me la compré con mi dinero, el que ganaba trabajando, y empecé a hacerlo a los 11 años. A mí, como a muchos millones de españoles, ningún gobierno vino a regalarnos una vivienda.
“Queremos un puesto de trabajo digno”. Para muchos millones de españoles, con el paréntesis de las dos “posturas” socialistas, el trabajo lo hacían digno porque nosotros le dábamos dignidad, con nuestra dignidad. ¿Con que derecho exige un trabajo, una juventud que con su absentismo ha permitido que vinieran cerca de cinco millones de inmigrantes, con la excusa de que era trabajos subhumanos? Hoy podemos ver taxistas venidos de Hispanoamérica; árabes despachando en carnicerías; rumanos con pequeñas empresas de la construcción; encontramos conductores de autobuses urbanos, celadores en hospitales de la Seguridad Social y en sanatorios y clínicas privadas; en los servicios de limpieza urbana; en las cocinas de hoteles, de restaurantes; en el Ejercito… en cualquier profesión donde quisiéramos mirar, y nos dejaran, encontraríamos personas de otros países que han encontrado trabajo aquí, porque los “ácratas”, los “ni nis” y los “ocupas” no han nacido para trabajar. Y nos quedan como postre, los exquisitos; los niños y niñas que acuden a las universidades porque los viernes hay botellón y lo pasan pipa. Y alargan, y alargan la carrera, y cuando al fin la concluyen, con más mataduras que el burro de un gitano, ni hay empresa que les coloque, ni ellos quieren colocarse en cualquier empresa.
También piden a las autoridades, mira tú por donde, la nacionalización de la banca. No saben para qué, pero lo piden. Y lo que ya me ha llegado hasta la punta de los calcetines es la exigencia estrella; la madre de todas las exigencias; tachin, tachin tatachin: LA DEMOCRACIA REAL. Si fueran inteligentes estos pobres cabritillos (ya crecerán), sabrían que pedir “eso”, es como pedir que se abra la “Caja de Pandora”. Todos los males de esta democracia, más los de la real, no hay cristiano que lo pueda aguantar; ni mahometano; ni budista; ni hindú, ni siquiera maoísta.
En la emisora de radio, rescoldo soviético, la SER, estos dos últimos días, en contra de mi voluntad, he estado escuchando lo que de alguna manera ellos parece que están ¿Pidiendo? ¿Proponiendo? ¿Exigiendo? Haciendo un pequeño puzle he llegado a la conclusión de que esta gente, los cabecillas, han cogido todas las peticiones tópicas que el ser humano ha sido capaz de exigir desde que el Mundo es Mundo; y a falta de mejor discurso, esta vez don Alfredo no se lo ha mandado, las suelta como si fueran fruto de sus desarrolladísimos cerebro.
“Todos los españoles tiene derecho a una vivienda digna”: yo me la compré con mi dinero, el que ganaba trabajando, y empecé a hacerlo a los 11 años. A mí, como a muchos millones de españoles, ningún gobierno vino a regalarnos una vivienda.
“Queremos un puesto de trabajo digno”. Para muchos millones de españoles, con el paréntesis de las dos “posturas” socialistas, el trabajo lo hacían digno porque nosotros le dábamos dignidad, con nuestra dignidad. ¿Con que derecho exige un trabajo, una juventud que con su absentismo ha permitido que vinieran cerca de cinco millones de inmigrantes, con la excusa de que era trabajos subhumanos? Hoy podemos ver taxistas venidos de Hispanoamérica; árabes despachando en carnicerías; rumanos con pequeñas empresas de la construcción; encontramos conductores de autobuses urbanos, celadores en hospitales de la Seguridad Social y en sanatorios y clínicas privadas; en los servicios de limpieza urbana; en las cocinas de hoteles, de restaurantes; en el Ejercito… en cualquier profesión donde quisiéramos mirar, y nos dejaran, encontraríamos personas de otros países que han encontrado trabajo aquí, porque los “ácratas”, los “ni nis” y los “ocupas” no han nacido para trabajar. Y nos quedan como postre, los exquisitos; los niños y niñas que acuden a las universidades porque los viernes hay botellón y lo pasan pipa. Y alargan, y alargan la carrera, y cuando al fin la concluyen, con más mataduras que el burro de un gitano, ni hay empresa que les coloque, ni ellos quieren colocarse en cualquier empresa.
También piden a las autoridades, mira tú por donde, la nacionalización de la banca. No saben para qué, pero lo piden. Y lo que ya me ha llegado hasta la punta de los calcetines es la exigencia estrella; la madre de todas las exigencias; tachin, tachin tatachin: LA DEMOCRACIA REAL. Si fueran inteligentes estos pobres cabritillos (ya crecerán), sabrían que pedir “eso”, es como pedir que se abra la “Caja de Pandora”. Todos los males de esta democracia, más los de la real, no hay cristiano que lo pueda aguantar; ni mahometano; ni budista; ni hindú, ni siquiera maoísta.
1 comentario:
Con vuestro permiso...una pregunta, a tanto potaje...Y LA BANDERA DE ESPAÑA?..mucho se habla de otros paises, de otros movimientos, de otras revoluciones,...mucho se habla de concentraciones, de injusticias, pero como digo al principio...donde esta LA BANDERA??..
Un recordatorio,..
La Bandera es el orgullo
que simboliza la Patria.
Es un reto permanente
al viento de las montañas
y dos voces de colores
que gritan ¡Arriba España!
La Bandera roja y gualda
es el guión de tu raza.
Es la enseña de tu pueblo
y es el color de tu Patria.
Y cuando jures Bandera
y te acerques a besarla,
piensa que pones tus labios
en la mejilla de España.
Será tu beso más limpio,
tu caricia más honrada,
porque al besar la Bandera,
estás besando a tu Patria.
Entre sus pliegues de seda
se guardará tu palabra
para que Dios te la premie
si la cumples y la guardas.
Y si tú mueres por ella,
ella será tu mortaja.
Tu cuerpo descansará
en los brazos de la Patria
porque te juro hijo mío
que la Bandera es España.
José Luis Santiago
Como diria aquel, es decir YO, con la Bandera en una mano, y La Cruz en la otra...DONDE HAGA FALTA.
Un cordial saludo, como siempre.
¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!!
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