Ayer estaba, como ahora, tratando de escribir algo sobre las elecciones, cuando oí, desde la televisión, que el zombi político, Pepelu Zapatero, se iba a dirigir al pueblo soberano; como podréis comprender, acto tan extraordinario, no me lo podía perder. Me senté ante la pantalla y… ¡Plas! Llenando la pantalla: Alonso; la Pajín; la Salgado; el Pepiño; el Zapatero; la Valenciano. Por sus caras más parecían los miembros de una rueda de reconocimiento, al otro lado del cristal de una comisaría, que la plana mayor, casi completa, del gobierno de este territorio que, hace treinta y seis años, se conocía y reconocía con el hermoso nombre de España.
Desde ayer, la sede del PSOE, de la calle Ferraz, es el territorio de los indios “caras largas pichas cortas”. Andan todos/as los miembros de la tribu como almas en pena llorando por los rincones, como si se la estuvieran buscando y no se la encontraran, mientras van murmurando por lo bajinis: “la culpa es de la crisis; la culpa es del ladrillo; la culpa es de los mercados; la culpa es de Aznar; la culpa es de Franco; la culpa fue de aquel maldito tango”.
Hoy, lunes negro, poco se oye a los voceros de “la ceja” cantar las excelencias de su querubín en sus emisoras de radio. Parece que todos ellos anduvieran de puntillas, como queriendo pasar desapercibidos. Radio Soviética “La SER”, habla del triunfo del PP, como si fuera algo separado del fracaso del PSOE. Desde que el Mundo es Mundo, siempre que uno gana es porque hay otro que pierde; se puede perder por uno a cero, como el Barcelona en la Final de la Copa de España; o por ocho a uno, como el Almería; así ha perdido el PSOE estas elecciones, por ocho a uno (sin penaltis); sin moral y hundido, por su falta de calidad humana; por su falta de calidad intelectual; por su falta de respeto a España y a los españoles, usando para cargos de alta responsabilidad a “seres” totalmente discapacitados, no solo para esos cargos, sino para cualquier empleo en el que se utilice mínimamente el cerebro, verbigracia, Campanero.
Por desgracia, no solo para los demócratas; yo también me siento desgraciado, la felicidad no ha sido completa, por culpa de toda la clase política en general y del zapaterismo en particular. La política es culpable porque entre los partidos políticos se han repartido los nombramientos de las cúpulas de la justicia, para asegurarse que la justicia hará lo que a ellos, los políticos, les convenga en cada caso. El socialismo zapateril, une a su culpa colectiva, el querer a toda costa pasar a la Historia como el presidente que acabó con la ETA. Cuando este “iluminado” salga por la puerta de La Moncloa, veremos alejarse al pelanas que por estar ahí, un mal día, llegó a ser presidente de uno de los países más importantes del Mundo (para mí el más). Así, de forma tan desairada, en los libros de historia que se de en España, este menguado será el mal ejemplo del que se deberá huir, si es que se quiere ser un ciudadano respetado y respetable.
Se dice que la defensa que el Coronel Moscardó mantuvo en el Alcázar de Toledo, ante el ataque de los rojos, se estudia como un buen ejemplo en varias academias militares del Mundo; las dos legislaturas del “clan” Zapatero, serán el ejemplo para todo el mundo, de cómo no se deben hacer las cosas, si quieres que las cosas salgan bien.
Pepiño Blanco: los rebuznos de burro no crean Cátedra.
Desde ayer, la sede del PSOE, de la calle Ferraz, es el territorio de los indios “caras largas pichas cortas”. Andan todos/as los miembros de la tribu como almas en pena llorando por los rincones, como si se la estuvieran buscando y no se la encontraran, mientras van murmurando por lo bajinis: “la culpa es de la crisis; la culpa es del ladrillo; la culpa es de los mercados; la culpa es de Aznar; la culpa es de Franco; la culpa fue de aquel maldito tango”.
Hoy, lunes negro, poco se oye a los voceros de “la ceja” cantar las excelencias de su querubín en sus emisoras de radio. Parece que todos ellos anduvieran de puntillas, como queriendo pasar desapercibidos. Radio Soviética “La SER”, habla del triunfo del PP, como si fuera algo separado del fracaso del PSOE. Desde que el Mundo es Mundo, siempre que uno gana es porque hay otro que pierde; se puede perder por uno a cero, como el Barcelona en la Final de la Copa de España; o por ocho a uno, como el Almería; así ha perdido el PSOE estas elecciones, por ocho a uno (sin penaltis); sin moral y hundido, por su falta de calidad humana; por su falta de calidad intelectual; por su falta de respeto a España y a los españoles, usando para cargos de alta responsabilidad a “seres” totalmente discapacitados, no solo para esos cargos, sino para cualquier empleo en el que se utilice mínimamente el cerebro, verbigracia, Campanero.
Por desgracia, no solo para los demócratas; yo también me siento desgraciado, la felicidad no ha sido completa, por culpa de toda la clase política en general y del zapaterismo en particular. La política es culpable porque entre los partidos políticos se han repartido los nombramientos de las cúpulas de la justicia, para asegurarse que la justicia hará lo que a ellos, los políticos, les convenga en cada caso. El socialismo zapateril, une a su culpa colectiva, el querer a toda costa pasar a la Historia como el presidente que acabó con la ETA. Cuando este “iluminado” salga por la puerta de La Moncloa, veremos alejarse al pelanas que por estar ahí, un mal día, llegó a ser presidente de uno de los países más importantes del Mundo (para mí el más). Así, de forma tan desairada, en los libros de historia que se de en España, este menguado será el mal ejemplo del que se deberá huir, si es que se quiere ser un ciudadano respetado y respetable.
Se dice que la defensa que el Coronel Moscardó mantuvo en el Alcázar de Toledo, ante el ataque de los rojos, se estudia como un buen ejemplo en varias academias militares del Mundo; las dos legislaturas del “clan” Zapatero, serán el ejemplo para todo el mundo, de cómo no se deben hacer las cosas, si quieres que las cosas salgan bien.
Pepiño Blanco: los rebuznos de burro no crean Cátedra.
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