miércoles, 20 de abril de 2011

Ya está bien de aguantar ofensas.

Andrés Serrano (nacido el día 15 de agosto de 1950, en la ciudad norteamericana de Nueva York. Fotógrafo y "artista", que para expresar su arte utiliza sus heces y demás fluidos corporales. Hasta ahí, aunque guarro, no deja de ser un espécimen del momento. La cosa se complica cuando al muy cabrón, no se le ocurre otra cosa que meter un crucifijo en un recipiente de vidrio, y cubrirle totalmente con su orina, hacerle una foto donde predomina el "rojo", y exponer la foto en una galería de Aviñón.


El día 16 de abril de 2011, las calles de aquella ciudad francesa, fueron testigo de las protestas de varios miles de católicos, ante el escándalo de exhibir semejante barbaridad. El día 17, se pasó de la protesta, sin más, a las medidas de fuerza: rompieron la irreverente fotografía. Como muestra de contraprotesta, el director de la Galería planeó montar el sow abriendo el Museo, mostrando la "obra" dañada "así las personas pueden ver lo que son capaces de hacer los bárbaros" (Le dijo la sartén al cazo: apártate que me tizno).


A mí, de entrada, no me gusta la violencia. Pero me acerco más a san Pedro blandiendo la espada, que a cualquiera de los santos que mansamente entregaron sus vidas. En este caso concreto, yo a san Pedro no se la pediría, sino que arrancándola de su santísima mano, no a la foto, al fin y al cabo es un trozo de papel, si no en la cara de gilipollas que tiene el seudoartista, le regalaría un par de mandobles, para que cuando se le volviera a ocurrir algo semejante, el recuerdo de mi espada, le descabalgara de la idea.


Dios detesta la violencia, pero Dios Hijo, cuando los mercaderes profanaron el Templo Sagrado, no dudó en sacarlos a cintarazos. ¡Ya está bien de aguantar ofensas! ¿Es que vamos a tener que esperar más para dar la respuesta adecuada?



EL CONTUBERNIO DE LA INIQUIDAD


Hoy nos visita un buen amigo, y mejor camarada: Felipe Sevilla Albarracín. Felipe nos viene a regalar una poesía, que además de ser buena, está escrita con el corazón. Y para que comprobéis que son ciertas mis palabras, ahí la tenéis:

Copulan los perjuros abrazados
Con traidores de aspecto respetable
En lascivas orgías de vilezas,
E inmundas reuniones de aquelarre.

Pretenden, al parir, y lo consiguen,
Sumar a ese festín de muerte y sangre
Cuantos más y mejores enemigos
Se junten, venenosos, al pillaje.

La consigna es feroz y hay que cumplirla:
Destruyamos España cuanto antes,
Que no quede región, pueblo, espacio
Sin arrasar valores y raigambres.

Que se cubran los rostros de vergüenza
Cuando se nombre España en nuestros lares.
Marcaremos con hierro al rojo vivo
Al osado que sienta y se declare.

Ser español en alma, cuerpo y vida,
A ese tal es preciso delatarle,
Arruinando su vida con calumnias,
Negándole la sal, el pan y el aire.

Si no bastan la afrenta y la mentira,
Se buscan sinuosos y cobardes,
Los métodos precisos, destructores
De personas, haciendas y linajes.

Y en las logias, masones pervertidos
-quintaesencia del Mal- en un brebaje
Compuesto de soflamas, donde el odio
Marca pautas, hostigan al enjambre

De renegados mendigos, mal nacidos,
Marionetas ruines con pelaje

De cambiar de chaqueta tantas veces
Cual provecho tuvieran al mudarse.

Para quien quiera coleccionarlos, este es el primer de los cuatro folios que componen el poema.

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