Un ideal político destruído deja en el espíritu un gran vacío. No debemos abandonar un ideal si no en el caso que podamos sustituirlo por otro más cercano a la verdad.
"¡No desmayéis!; sabed que en sus focos antiguos la Falange se mantiene firme a la intemperie, y que en estas horas de abatimiento colectivo ella rehabilita, con su coraje combatiente, el decoro nacional de los españoles."
Así sonó la voz de José Antonio Primo de Rivera: Frente Nacional. "Para esto queremos. Para estas cosas, que no son negociaciones, sino tareas, nuestro esfuerzo sin cicatería. A la sombra de esta bandera sí que estamos dispuestos a alistarnos"
Esas cosas por las que José Antonio estaba dispuesto a formar en un Frente Nacional, y concurrir a unas elecciones eran entonces y hoy siguen siendo: la Patria, el Pan y la Justicia. Hoy, como entonces, 1931, la Patria está en discusión en las provincias Vascongadas, en Cataluña, y en menor escala Baleares y Galicia, y de manera ridícula en alguna provincia, donde no se les hace el menor caso, como ocurre en Asturias. "Queremos que nos devuelva el alegre orgullo de tener una Patria. Una Patria exacta, ligera, emprendedora, limpia de chafarrinones zarzueleros y de roñas consuetudinarias. No una Patria para ensalzarla en gruesas efusiones, sino para entendida y sentida como ejecutora de un gran destino".
"Nuestra modesta economía está recargada con el sostenimiento de una masa parasitaria, insoportable". Hoy, ochenta y un años después, nuestra economía, sigue soportando a los mismos parásitos de entonces, reforzados, aumentados y corregidos. Los bancos siguen ganando mucho dinero, y dando pocos créditos; los especuladores se están haciendo de oro, a costa de los trabajadores, de la pequeña empresa y de los autónomos. El Pan por el que luchaste hasta que te quitaron la vida, José Antonio, está siendo muy escaso para varios millones de españoles.
"Leyes que con igual rigor se cumplan para todos; eso es lo que hace falta. Una extirpación implacable de los malos usos inveterados: la recomendación, la intriga, la influencia". Todo sigue igual, si no peor, en la judicatura. La recomendación, acción difícil de erradicar, con la injerencia de los partidos políticos en los nombramientos, tanto de nuevos jueces, como en el escalafón, ha pasado a ser una moneda de frecuente uso; el rigor de las sentencias solamente recae sobre las espaldas de los más débiles, con ello no quiero decir que no sean sentencias justas, cuando lo son, pero en la mente de ¡todos! guardamos el recuerdo de excarcelaciones por "razones de salud" y sentencias lasas para gente que ha practicado el terrorismo de Estado, y sobreseimientos inexplicables, y ocultación de pruebas en lugares insospechados, para que no termine siendo reo un ministro, y permisividad para que un juez que ha delinquido, se vaya a ejercer a un organismo internacional, y fiscales que marcan el camino adecuado para que una banda terrorista se pueda presentar a unas elecciones...
Esta es la Patria, este es el Pan, y esta es la Justicia. José Antonio ¿Qué te parece, camarada?
2 comentarios:
Señor sabe utilizar muy bien la lengua castellana, senota que es una persona culta y de letras, ahora bien está más loco que una cabra, y la vida se vive en presente no rememorando unos días terribles para los que estuvieron ahí. No le digo que hay que olvidar, precisamente hay que tenerlo presente, pero para que no vuelva a ocurrir, y deje de decir sandeces de Francisco Franco por favor.
Disculpe, señora cabra anónima, pero creo que se equivoca de sitio al hacer este comentario.
Debería dirigírselo al señor Rodríguez y sus compadres, que son los que parecen empeñados en recordar el pasado y, por lo que se ve, en repetirlo.
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