jueves, 31 de marzo de 2011

PECAMINOSO.

Lo que está ocurriendo en España es lo más insólito e inaudito que ha ocurrido en el mundo civilizado -pienso que también en el que queda por civilizar-, desde la noche de los tiempos. Jamás las babosas, las nauseabundas babosas, se habían atrevido a entrometerse tanto al mundo de los humanos. Es más, la proximidad de los humanos les hacía huir. Que recuerde, siempre las he visto en lugares húmedos y oscuros, donde iban pringando con su asquerosa y resbaladiza baba, allá por donde se arrastraban. Pero España es diferente, como rezaba el cartel publicitario. Comentando este hecho con mi amigo, me aclaró que no es tan reciente este repugnante suceso, que ya por los años treinta del siglo pasado, se apoderaron de España, primero; a continuación la destrozaron; y al acabar su obra, salieron corriendo con inusitada rapidez.

Claro; yo pensaba que la primera vez, había coincidido con aquella época insulsa del final de la UCD, con más exactitud, a continuación de la marcha de Adolfo Suarez. Aquello fue terrible. Se comieron todo lo que pillaron por delante, por detrás y por ambos lados. Afanaron lo que no está en los escritos, y terminaron asesinando a un buen racimo de seres humanos. Y es que venían descosidas.

Esta tercera vez, más sosegadas, o quizás porque son babosas de peor calidad, su destrozo es, más o menos, como las anteriores veces; pero al menos de momento, por su mano, no ha muerto nadie.

La plaga es muy resistente, tal vez porque no se las extinguió, como debió hacerse en su momento, allá por los años treinta del pasado siglo. Si se hubiera hecho, a estas horas, todos seriamos más felices, y no tendríamos que estar esperando a que llegue el día 22 de mayo para empezar a fumigarlas. ¡¡Qué asco, coño, ya me he pringado con sus babas!!

Hablando de babosas: me llega, vía Gmail, con ruego de hacerlo público el siguiente consejo dirigido al Memo de la Moncloa:

No respetado por mí señor Rodríguez: haría usted un bien a los españoles, y la humanidad en general, si tuviera a bien recoger la parva que durante estos siete años ha ido amasando, y con ella al hombro desaparecer, junto a su elenco, del mundo conocido, rapidito y sin ruido, dando las gracias al hecho de haber perpetrado sus maldades bajo el amparo de este sistema de mierda, nacido eunuco. ¡Ay si le pillamos en otros momentos…! En esos momentos en que a los hombres se les media por el tamaño de sus… de eso… de eso que tiene tan grande el caballo del general Esparteros.

Este nuevo contertulio me parece un tanto exaltado… ¿o no?

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