Cada día que pasa; cada telediario que veo; y lo que leo en los periódicos me hace reafirmarme en la idea de que solamente hay dos líneas humanas en el socialismo: los “listillos” y los idiotas.
Los idiotas son los que después de la que está cayendo, ponen la chepa y el voto, para que los “listillos” accedan a responsabilidades que intelectualmente les vienen grandes, y que, al estar mal ejercidas, nos llevan a todos, incluyendo a los idiotas, en lo interior, a la ruina, y en lo exterior, al ridículo. Solamente el socialismo triunfa, cuando la inteligencia huye. Hace treinta y cinco años que la inteligencia huyó de España. Hace treinta y cinco años, los señores Procuradores en Cortes, que entonces se llamaba a los Diputados de hoy, se incineraron, algunos noblemente equivocados, y otros, buscando un acomodo más mollar, dejando la puerta abierta a este asqueroso sistema, que poco a poco nos va encorsetando en prohibiciones, al tiempo que nos va arruinando moral y económicamente.
Hoy, hasta que el estómago me lo ha permitido, he estado escuchando la verborrea inculta y demagoga del aspirante socialista a presidir la comunidad de Madrid. El muy imbécil, claro que hablaba para unos cuantos individuos tan imbéciles como él, elogiaba, con esa voz de pregonero de pueblecillo que adorna su dificultoso verbo, la concesión a los desempleados del subsidio de profunda miseria, “que los socialistas hemos concedido” decía, sin caérsele la cara de vergüenza.
También hacía mención de la ley de Asistencia, en igual tono de elogio, sin hacer mención a que, para dar esas ayudas, lo primero que el gobierno de su amo debe hacer, es dar el dinero que no ha entregado a las autonomías, encargadas de realizar adecuadamente el reparto de las mencionadas ayudas. Hablaba de, con su llegada a la presidencia de Madrid, llenaría de médicos los hospitales. Lo primero que cabe hacerse respecto a los hospitales, que al fin y al cabo para eso se hicieron es sanar a los enfermos, y después, una vez que esos estén sanos, mandarlos a sus casas, si los bancos no han arramplado con ellas, y de esa manera dejar hueco para que los médicos con los que el memo Gómez, quiere llenar los hospitales que ha levantado doña Esperanza Aguirre, puedan entrar en aluvión.
Está claro que el “Ilustrado Gómez” no irá muy allá, como tenga que sacar algo de su interior. Me refiero a algo útil para el resto de los madrileños. Para él y sus secuaces, incluida Trinidad Rollán, seguro que algo sacaría, aunque para ello tuviera que dar la vuelta a nuestros bolsillos.
Dios, para purificar a los hombres, desencadenó el “Diluvio Universal”, ¡Señor, por favor, no nos mandes el "Tomás Universal"!
O por lo menos, enséñame a trabajar la madera.
Los idiotas son los que después de la que está cayendo, ponen la chepa y el voto, para que los “listillos” accedan a responsabilidades que intelectualmente les vienen grandes, y que, al estar mal ejercidas, nos llevan a todos, incluyendo a los idiotas, en lo interior, a la ruina, y en lo exterior, al ridículo. Solamente el socialismo triunfa, cuando la inteligencia huye. Hace treinta y cinco años que la inteligencia huyó de España. Hace treinta y cinco años, los señores Procuradores en Cortes, que entonces se llamaba a los Diputados de hoy, se incineraron, algunos noblemente equivocados, y otros, buscando un acomodo más mollar, dejando la puerta abierta a este asqueroso sistema, que poco a poco nos va encorsetando en prohibiciones, al tiempo que nos va arruinando moral y económicamente.
Hoy, hasta que el estómago me lo ha permitido, he estado escuchando la verborrea inculta y demagoga del aspirante socialista a presidir la comunidad de Madrid. El muy imbécil, claro que hablaba para unos cuantos individuos tan imbéciles como él, elogiaba, con esa voz de pregonero de pueblecillo que adorna su dificultoso verbo, la concesión a los desempleados del subsidio de profunda miseria, “que los socialistas hemos concedido” decía, sin caérsele la cara de vergüenza.
También hacía mención de la ley de Asistencia, en igual tono de elogio, sin hacer mención a que, para dar esas ayudas, lo primero que el gobierno de su amo debe hacer, es dar el dinero que no ha entregado a las autonomías, encargadas de realizar adecuadamente el reparto de las mencionadas ayudas. Hablaba de, con su llegada a la presidencia de Madrid, llenaría de médicos los hospitales. Lo primero que cabe hacerse respecto a los hospitales, que al fin y al cabo para eso se hicieron es sanar a los enfermos, y después, una vez que esos estén sanos, mandarlos a sus casas, si los bancos no han arramplado con ellas, y de esa manera dejar hueco para que los médicos con los que el memo Gómez, quiere llenar los hospitales que ha levantado doña Esperanza Aguirre, puedan entrar en aluvión.
Está claro que el “Ilustrado Gómez” no irá muy allá, como tenga que sacar algo de su interior. Me refiero a algo útil para el resto de los madrileños. Para él y sus secuaces, incluida Trinidad Rollán, seguro que algo sacaría, aunque para ello tuviera que dar la vuelta a nuestros bolsillos.
Dios, para purificar a los hombres, desencadenó el “Diluvio Universal”, ¡Señor, por favor, no nos mandes el "Tomás Universal"!
O por lo menos, enséñame a trabajar la madera.
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