jueves, 20 de enero de 2011

ES BUENO VIVIR EN TIEMPOS INTERESANTES.

Nosotros, los que tenemos la cabeza para pensar y no para portar la boina, echamos la culpa al “Sistema” del momento desgraciado que estamos padeciendo; lo cubrimos de improperios, a él y a todo aquél que escudándose en que trabajan para la sociedad, lo que hacen es agarrarse a la teta, e “irse engordando” hasta ponerse como cerdos en época de pre matanza.
¿Es eso solamente lo qué deberíamos hacer? ¿Nos quedamos en casa llorando como plañideras, quejumbrosos por lo que nos está haciendo penar este atajo de sabandijas de tan variado pelaje? Yo, me niego. Y reniego de quien pensando políticamente como nosotros, son capaces de quedarse en casa; sentados en butacas o butacones, bien descansados los… ¿qué es lo que dejan descansando…? ¡Se me ha olvidado! No importa; ya me acordaré.
No estoy diciendo que vayamos a la guerra; ni que con una actuación desmesurada pongamos en peligro la convivencia familiar, nuestra carrera profesional, nuestra libertad física o nuestro patrimonio. La cosa es más sencilla, pero muy importante. Nuestra presencia ha de ser ejemplar; nuestra educación, exquisita; nuestro discurso, sencillo, claro e inteligentemente razonado.
Hace un par de días el profesor y ex ministro señor Otero Novas dijo en una tertulia, en Telemadrid, que poco a poco los dos grandes partidos van dejando un hueco que no llenan los partidos pequeños. Los grandes, porque están tan preocupados en ganar votos, que no se están dando cuenta de que, personas aparte, los dos defienden los mismos fines: perpetuarse en el poder, aunque para ello tengan que aliarse con el Diablo (Convergencia y Unión, Partido Nacionalista Vasco, más otros sinvergüenzas de menor tamaño).
No es necesario que nadie me advierta de que en estos momentos estamos huérfanos. Ya sé que durante estos treinta y cinco años, quienes se hicieron cargo del legado de José Antonio y de Franco, aferrados en personalismos estúpidos, en vez de revitalizarlo, han estado a un paso de enterrarlo para siempre. Gracias a Dios, aún queda un buen rescoldo. Cuidémoslo, abriguémoslo; expliquemos a los jóvenes que hay otra forma de hacer política más decente, más certera y más honesta. Hemos de hacerlo nosotros, hasta que lleguen las personas capaces de devolver las aguas a sus cauces naturales; os aseguro que si perseveramos, nos dará, a España y a los españoles, la paz y la prosperidad que nos ha sido robada por toda esta gentuza.

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