PARA TIRAR POR EL RETRETE.

Dios (para mí; para otros, allá ellos, quizás Buda, Alá, Vishnú, Zaratustra, Júpiter, Zeus, “The Boss” Bruce Springsteen o cualquier otra deidad de las que se han quedado en el etcétera) cuando creó el ser humano (según dice la Iglesia, fue al hombre, y que, con una de sus costillas, nunca mejor empleadas las del hombre, hizo a la mujer, que le salió de dulce), dotándoles a él y también a ella, como desde hace la tira de años quedó absolutamente demostrado, de al menos cuatro habilidades divinas que nos pone por encima del resto de seres vivos con los que compartimos además de otras muchas capacidades, como saber alimentarnos, o saber que con nuestros “cacharritos” además de pis y caca, nos sirven para procrearnos (los hay muy insistentes).

La primera capacidad es la de hacer música que conmueve, emociona y relaja: Frédéric Chopin. 

La segunda capacidad es la de pintar, dando con el pincel a lo pintado vida propia: Michele Ángelo. 

La tercera es la capacidad de descubrir, como ayuda a su “Obra” (la humanidad) sustancias como la Penicilina: Alexander Fleming. 

La cuarta capacidad fue la de inventar la forma de hacer Fuego: ese sería Pepe, Paco o Manolo ¡vaya usted a saber!

Pero ocurrió que el Poderoso Divino, viéndonos recientemente, apenas cinco lustros, a los españoles desde la celestial altura, debió pensar que no tenía más remedio -la visión es fatal- que darnos una quinta capacidad que es la de saber aguantar la democrática cabronada gubernamental a cuerpo limpio y sin utilizar decibelios mientras Él, decide qué hacer con nosotros. 

Es mucho desgaste para la bizarría hispánica ser al unísono el público y el sufriente actor receptivo de la mayor infamia cometida por un ser de dañino instinto; un estraperlista sin inteligencia ni honor, pero muy egoísta; un… pobre desgraciado que eso es lo que es; un memo sin chiste; un desecho de tienta con alma de cabestro, sin mejores principios (consumado embustero, traidor a juramento o promesa, estafador de sus propios seguidores y… esperemos a lo que determine la Justicia) que el concurso de unas criminales manos que para aumentar “su tener”, colocó en el Poder, para utilizarlo como vehículo explosivo capaz de conseguir el desmembramiento total de España: sueño del hijoputismo separatista.

Me cuenta mi amigo, ese que me cuenta tantas cosas; el mismo que el otro día me contó lo del jugador del Barsa (yo, por mí mismo, es que no me entero de nada, me lo tienen que venir a contar) que, a Adolfo Suárez, SM el Rey don Juan Carlos I, le nombró Duque de Suárez y Grande de España por la inestimable y valerosa labor de traicionar a España, a todos los españoles incluyendo a la viuda del “Churri”, y a sus muy jurados fundamentos del Movimiento Nacional; y que su hijo, SM don Felipe IV, hará otro tanto nombrando a Sánchez (con la posibilidad, muy posible, de tener que desplazarse al palacio de Alcalá Meco) Duque para tirar por el retrete.

Eloy R. Mirayo.