miércoles, 10 de marzo de 2021

LA VERDAD ESCONDIDA.

 Los españoles estamos viviendo en, por imperativo gubernamental, recortada consciencia -la verdad está secuestrada- uno de los peores episodios que se hayan sucedido a lo ancho y largo de la Historia de España.

Sabemos de la pandemia; sabemos, recortado por la oficialidad, y aún así sigue siendo tremendo el número de personas fallecidas por su causa; sabemos de las cifras del paro, más de 4 millones, en continua progresión; sabemos de los ERTES; y sabemos, porque lo sufrimos en nuestras propias carnes, las tremendas dificultades que diariamente hemos de afrontar para poder sobrevivir a tantas desgracias acumuladas, con la sensación generalizada de que todo eso, lo estamos padeciendo en total orfandad de la semi desaparecida presencia gubernamental.

La sensación es que se está dejando que toda la vida nacional gire sobre el eje de las vacunas, como si el contenido de esos pequeños continentes de vidrio, fuera capaz de restaurar el gran destrozo alcanzado, como si fuera el "Bálsamo de Tigre", que lo cura todo. 

La presunción en Europa; en USA; y en el resto de países desarrollados, como por sus tomas de medidas se está viendo que no va por ese camino, sino por el camino de la lógica más sencilla que viene siendo, sin olvidar cuidar de la salud, no permitir, en la medida de sus posibilidades, que se les hunda su economía por falta de apoyo del Gobierno. Tal vez es que en esos países sus políticos, responsablemente creen que como el dinero no es propiedad por cultivo propio del gobierno, sino que sigue siendo de los contribuyentes, lo que debe hacerse es procurar con medidas inteligentes de ayuda, que no desaparezcan los contribuyentes.

¿Se está evaluando en toda su magnitud el deterioro de nuestras fuentes de creación económica por parte del Gobierno? ¿Está interesado el gobierno por encontrar la manera de paliar el sufrimiento que estamos padeciendo los españoles? ¿Tiene idea el presidente Sánchez de lo que debería estar haciendo para proteger lo poco que va quedando de nuestro tejido industrial, comercial y turístico?. La encuesta nos haría llorar lagrimones como puños.

Siempre que en España han llegado los rojos al gobierno (¡Inútiles al Poder!) ocurre lo mismo. Llenan sus cargos ministeriales y los sucesivos, con carne poco aprovechable de la política, criada en sus propias cuadras que, en la mayoría de los casos, carece de cualquier idea aprovechable, pero en compensación son muy fértiles en hacer y decir gilipolleces. 

Si un negocio tan importante y variado como es la gobernación (no gobernanza; a ver si se enteran los imbéciles) de una nación, si se prescinde de las personas más preparadas; personas con altos conocimientos técnicos, lo único que puede salvar a sus habitantes de una ruina parecida a la nuestra es que alguien, paseando por el campo, encuentre la vieja lámpara de Aladino, o la varita mágica del hada de la Cenicienta.

La ocurrencia de Pedro Sánchez y su adjunto el ultra -ultra activista de la extrema izquierda-, Pablo Iglesias es que, llegando el verano con el 70% de la población vacunada, se ha llegado a la solución de todos nuestros problemas (los nuestros, porque ellos no los tienen), lo que hace interminable la lista de sucias mentiras con las que el señor Sánchez regala con generosidad infinita nuestros oídos.


La verdad escondida que levantaran nuestros "ayes" más lastimeros y las cabreados "¡la madre que les parió!", mucho más que los actuales, vendrán cuando la esperanza de salvarnos de la infección criminal del Covid-19, no sea la meta por alcanzar que nos ha estado entreteniendo, tapándonos los ojos y oídos y ciñendo el cinturón durante tantos meses, y que lo que hay en el escenario que tan bonito nos decían, una vez levantado el telón, es el montón de paro que se ha estado escondiendo, la desaparición de los ERTES, algunos sin haber sido cobrados, de las ridículas ayudas a los autónomos, junto a la desaparición de decenas, quizás centenas de miles de empresas de todo tipo y de todo tamaño: la mayor ruina que jamás haya padecido España durante toda su existencia, en contraste con lo bien que lucen sus políticos y sus posesiones alcanzadas.

Eloy R. Mirayo.


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