lunes, 22 de diciembre de 2025

MI DESEO.

Mi deseo, no solo en estas fechas de manera especial, aunque tampoco está mal celebrarlas así, sino que estaría muy bien, es que todas las personas decentes, y hasta quienes no siéndolo, mantienen un buen propósito de enmienda, ellos y nosotros juntos, alcancemos -permitidme que me incluya- y mantengamos la felicidad necesaria para conseguir que resulte un buen “negocio” haber nacido ¡y hacerlo en España!, a pesar de las grandísimas desgracias que el porvenir pudiera traernos. 

Las naturales y las creadas por los indeseables por mis excluidos: ¡todos los indecentes que hay en el Mundo, de los que aquí en nuestra querida España -¡Que no son pocos!- estamos sufriendo, a la espera del veredicto Divino -si es que antes no lo ha conseguido VOX con Santiago Abascal- de lo que no me cabe la menor duda es que quienes pinchan en esta humilde “hojilla de papel” me demuestran que son… unas buenísimas personas capaces de una vez leída, reinciden volviendo a leer la siguiente. Lo que me permite pensar con orgullo que todos sois personas con quienes se podría agradablemente convivir en el aula, en taller y hasta en la trinchera si fuera necesario para defender a España, como último recurso, “hasta la última gota de mi sangre” como juré en el aeródromo de Griñón, hace sesenta y tres años, siendo artillero del 71 de Artillería, cerrando con sinceridad mi juramento besando mi bandera, la bandera de mi Patria.

Hoy, con 87 años, mientras Dios me lo permita, dentro de mis… posibilidades, bien engrasado mi tirachinas, desde mi trinchera, seguiré defendiendo a España y a su bandera -que ¡insisto! es mi bandera- hasta que se derrame la última gota -el último suspiro- de mi sangre en… alguno de los grandes hospitales que ordenó levantar el Generalísimo Francisco Franco Bahamonde. 

Después de esta larguísima tarjeta de felicitación que os he mandado, aun me queda “fuerza” para pedirle; para rogarle apoyándome en un “Padre Nuestro” a Dios, nuestro Señor, un deseo que es leer unas pocas palabras, aunque sean críticas, que algo enseñan, de alguien de los que estáis leyéndome al otro lado de la pantalla. 

En fin, mi deseo; mi más sincero deseo, es que para toda la buena gente, estén donde estén y sean del país que sean, les llegue para su felicidad, la mano de Dios, en cualquiera de sus versiones.

“FELICES PASCUAS Y PROSPERO AÑO 2026...

 y muchos más”.

Eloy R. Mirayo.



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