martes, 30 de septiembre de 2025

ES TAN ABURRIDA LA VIDA DE LOS SUPERMILLONARIOS…

No sé quiénes son, tampoco sé por qué patronean a quienes realizan sus ideas, ni me he enterado de cuánto es lo que les cuesta, pero lo que es cierto es que su hacer les sale perfecto, aunque gracias a Dios, no triunfa al cien por cien, ni tan amplio como parece ser que se busca. Somos muchos millones de seres humanos, posiblemente por encima del cincuenta por ciento de la población mundial que, a pesar de la constante presión de la mayoría de los medios de comunicación -estos también cobran de los mismos patrones-, nos mantenemos refractarios, aferrados a la razón.

¿Qué puede demostrar un gilipollas disfrazado de científico que mete un termómetro en el culo de la tierra, 

eso es verídico, para asegurar que la tierra continuamente se va calentando en exceso, por culpa de la basura que los humanos lanzamos al espacio, o esparcimos sobre su corteza? Pues nada, ya que el tanto por ciento que el imbécil de turno, uno de sus múltiples “evangelistas”, utiliza unas cifras que, de ser ciertos, auguraría la desaparición de nuestro planeta envuelto en llamas, en unas pocas decenas de años.

Igual que al memo del termómetro, y quizás con el mismo sueldo, se utiliza a otros gilipollas también disfrazados de científicos “horrorizados” por los agujeros en la capa de Ozono que envuelve a la Tierra, como trágico suceso reciente, cuando es algo estacional que… ¡Puaff…! Viene abriéndose y cerrándose sobre los polos y en tamaño reducido sobre otros puntos de la Tierra desde tiempo inmemorial.

Lo último, por ahora, que se les ha ocurrido a esos patrones, demostrando el poco respeto que la totalidad de los ciudadanos del Mundo les “merecemos” es… pa mear y no echar gota. Esta vez sin utilizar a nadie disfrazado de científico, es el de soltar la especie del presunto merecimiento de Pedro Sánchez a ser premiado con el Nobel de la Paz. Pero no cerréis la boca que ahí va otra: la acusación de robo del “Balón de Oro”, al entregarse a Dembelé, 


en vez de dárselo a quien más lo merecía: Laminga Mal. Aquí, fiel a su humildad le vemos como colocándose sobre su testa la corona de Re... ¡Amos vete ya! 

¿Qué buscan esos “patrones” financiando esas cosas? Diversión. Es tan aburrida la vida de los supermillonarios… 

Pues que se saquen los mocos secos y hagan bolitas, y se las tiren los unos a los otros y los otros a los unos.

Eloy R. Mirayo.

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