jueves, 12 de septiembre de 2024

SOEZ CÓMICO “MORCILLERO”

El hecho cierto es que Pedro Sánchez, con la falsedad, la desvergüenza, el descaro, la desfachatez, la fanfarronería, el sadismo y la falta de escrúpulos que se precisan para llegar a tanto asco, ha demostrado en infinidad de ocasiones desde que llego a la secretaria general del PSOE, y después desde la Presidencia del Gobierno de España, que para él no representa dificultad alguna acabar con las leyes imperantes, la honradez y la decencia primero, y después a lo que representa la Democracia Inorgánica -todo aquello que democráticamente es considerado materia intocable porque forman parte de su excelso Ser-, siendo inadmisible la posibilidad para nadie -ni siquiera el jefe del Estado- de recortarlas; cambiarlas; o borrarlas sustituyéndolas "a capricho", sin la aprobación de la mayoría representada en el Congreso de los Diputados

Por mucho que protesten los inmovilistas (no muy fuerte no sea que les digan “fachas”), para él lo que "justifica" su chulería, es que, apoyado por el separatismo con asesinatos en sus mochilas, sí le es posible recortar; cambiar; borrar; añadir y hasta si le viene en gana darle un buen repaso pasándoselo con suavidad por los güevos tantas veces como le apetezca, como lo tenemos muy visto.

La cosa esta siendo de esa manera, sin que en toda España haya autoridad que lo impida. De manera que todo aquello que al falaz personaje le nazca en el centro de la oquedad de su testuz entre sus puntiagudos cuerrr… -¡No; nooo..!- entre… entre sien y sien. Eso; entre sien y sien -que es el manantial del que brota en cascada el caudal de su inteligencia- que sirva para beneficiar sus “raros intereses” -los legales y los otros, también los de su familia y amigos- y los intereses ajenos de los que piensa apropiarse en el futuro inmediato, no cabe más que darlo por hecho.


Del cúmulo de peculiaridades fraudulentas y dañinas para España, de paso contra los españoles, que Sánchez ha ido planeando, desarrollando y obsesivamente practicando de manera exagerada durante los últimos seis años -esa es la inhumana foto del momento que vivimos los españoles-, no solo son mérito de este frustrado espécimen humano, que también merecen aplauso los "actores principales": la judicatura en casi toda su totalidad-, la banca -de la que no se salva ni uno -¿verdad, señora Botín?- , de las grandes empresas que, unos por intereses más o menos bastardos y otros por cobardía, salvo raras excepciones, han  asistido al “lamentable espectáculo” en silencio, dejándonos a los españoles sencillos sin el imprescindible cuerpo “dentado”  para emprender una continua protesta contra este ¡Memo! Que eso es al final lo que es: un memo que por dejación patriótica de quienes si tienen muchos mejores mimbres intelectuales y recursos científicos para tan alto servicio -¿Me dicen que España no lo merece? -, se ha apropiado del Poder con la ayuda de lo peor de cada casa, haciendo el más canallesco uso que de él recoge la Historia de España. Y es que, hasta la mismísima Constitución, utilizando, cómo no, ilegales “morcillas”, saltándose el respeto que merece, la ha vulnerado dejándola medio triturada, como el soez cómico “morcillero” hace con el libreto de una buena obra teatral.