martes, 31 de enero de 2023

PERSONAJES DEL TBO.

A los españoles nos ha costado sangre sudor y muchísimas lagrimas de nuestros ojos, también de nuestros bolsillos, alcanzar esta podrida e indeseada meta, indigna presencia en el contexto europeo, que representa la foto mejorada con ribetes palurdos de separatismo trasnochado, y de sanguinolentos salpicones de terrorismo en presunto descanso, muy del gusto de este atípico gobierno, que minimiza y desdora al libertino y corruptísimo duetto "Sodoma y Gomorra".

Esa es la atmósfera que con obscena dedicación han ido creando los distintos gobiernos (¿democráticos?) habidos en España desde 1976 y, en tan peligrosa deriva, corregida y aumentada en estos putos momentos, aun le queda a Sánchez, la ultima adquisición de España para su gobierno, mas de un año para, con sus "grandes ideas" (¡me cagüen la mar!), con las que nos premia casi a diario, redondear la calidad de las credenciales que justifiquen su presencia en las ilustres paginas de... ¿los libros de la Historia del Mundo? ¡Qué gilipollez se te ocurre!. No; tío, en las paginas que recogen las caóticas aventuras de los celebérrimos personajes del TBO.


Una de sus muchas maneras sencillas y baratas de aprovecharse de la fama ajena... ¿Qué en la Historia se entra después de muerto?. Pues... eso: paciencia. Sentémonos a la puerta de nuestra casa y...

Sinuoso el camino trazado con traicioneros lápices por unos cuantos sinvergüenzas (alguno aun con el torso pintado por el desteñido Azul Mahón de la recién escondida camisa), esbirros actuantes al dictado de la peor especie de rapaces: aquellas malvadas gentes que desde la protectora oscuridad nos privan de nuestros derechos y también de nuestras sufridísimas y humildes "conquistas" económicas, con las que nutren cada día el crecidísimo volumen de sus riquezas, tan acusadas algunas por las controvertidas maneras de alcanzarlas; y por ultimo, hasta del libre albedrío nos intentan desposeer, destrozando el marco donde ejercerlo, llenándolo todo de tabúes y prohibiciones, de las que solamente quedan ellos exentos.                                                  

Eloy R. Mirayo.


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