miércoles, 13 de julio de 2022

DEL ORGULLO A LA MAS SONROJANTE VERGÜENZA.

Los individuos e individuas que ayer y hoy hemos visto sentados en los bancos azules del Congreso de los Diputados, aunque la mayoría de los españoles lo duden, son los miembros del Gobierno de España, uno de los países mas importantes del Mundo, y quizás también el mas peculiar. 
Seis científicos españoles, don Valentín Fuster; don Avelino Coma; don Gabriel Núñez; don David López; don Carlos Cordón; don Manuel Esteller. Mucho ha de enorgullecernos  a los españoles que seis científicos españoles estén citados entre los 500 más citados del mundo. 
("El ranking está basado en 240 millones de documentos académicos en la base de datos de Google Scholar, donde se recoge la información de miles de investigadores de todos los países y en todas las áreas científicas".)
Don José Echegaray; don Santiago Ramón y Cajal; don Juan Ramón Jiménez; don Severo Ochoa; don Vicente Aleixandre; don Camilo José Cela. Siete españoles que por sus méritos personales fueron merecedores de ser premiados, con absoluta justicia con el Nobel.
Fueron españoles don Diego Velázquez; don Francisco Goya; don Rodrigo Díaz de Vivar; don Antonio Gaudí; don Francisco Franco; don Miguel de Cervantes; don Rafael García Serrano; don Salvador Dalí; don Pablo Picasso. 
Fueron españolas, doña Clara Campoamor; doña Emilia Pardo Bazán; doña Concepción Arenal; doña María Pineda; doña María Zambrano; S.M. doña Isabel Iª de Castilla; Santa Teresa de Jesús.
Fueron españoles los adelantados don Vasco Núñez de Balboa; don Hernán Cortés; don Francisco Pizarro; don Alvar Núñez Cabeza de Vaca.


Esas criaturas que para nuestra desgracia, por esas cosas incomprensibles que escapadas de toda lógica ocurren, como en este caso las vemos sentadas en los bancos azules del Congreso (todo lo que pueda pasar termina por pasar en algún momento), mirándolas/los/les con caridad cristiana y benevolencia a tutiplén -de otra manera no sería posible- ¿con quienes de esta pequeña muestra de personas traídas aquí desde la muy brillante Historia de nuestra Patria, podrían ser mínimamente homologables ¿Pedro Sánchez, con El Cid? a ¿Yolanda Díaz, con Clara Campoamor? a ¿Alberto Garzonazos, con don Severo Ochoa...? ¡Quita de ahí, jodío! Eso es pasar del orgullo, a la mas sonrojante vergüenza.
Eloy R. Mirayo.


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