lunes, 18 de julio de 2022

AMORDAZAMIENTO.

Es mucho más que probable (hasta ahora no he tenido el dudoso gusto de buscar dentro de los pantalones de otros la forma de comprobarlo -para eso ya hay ministros-, me fío de mi anatomía), que los españoles y españolas somos entre los ciudadanos de Europa, y al menos también de entre los ciudadanos de las tres Américas -Norte, Centro y Sur-  los humanos con los cojones los varones y los ovarios -mis escasos conocimientos en Biología no se si son homologables- las damas, de mayor tamaño y de resistencia pasiva, aunque por lo visto en los cerca de cincuenta memocráticos años de mucho sufrimiento y escasas alegrías, a ambos atributos se les considera perezosos, muy silenciosos y de escaso peso.

Cada día que pasa se acrecienta en mis intestinales adentros, lo que me crea estrechez de ano y con ello doloroso estreñimiento. También, las desgracias no vienen solas, el tremendo temor; el horroroso presagio de que el "pimpollito del Ramiro", Pedro Sánchez, va a desplegar toda su "ciencia ful" en consumir la legislatura, única manera de poder alcanzar la hazaña, jamás alcanzada por nadie; ni por reyes, ni por generales; ni por nuestros vecinos del Norte, ni por los vecinos del Sur, de consumar el destrozo total; el desmembramiento que se propuso llevar a cabo con España, y como daño colateral añadido -¡es gracioso el jodio!- gravemente afectante contra los españoles. ¿Sabrá Dios por qué lo hace?  La psiquiatría apunta que la tensión agresiva aumenta la agresividad patológica que generan los otros que, con razón o sin ella, el paciente les considera sus "enemigos".  España y los españoles puede ser los "enemigos" a pulverizar, para lo que no ha obviado esfuerzo personal, lacayos vergonzantes lactantes de las peores leches salidas de  infectos pezones, ni toda clase de fullas de su promiscua cosecha, como bueno, creativo y consumado fullero.

La protesta que es general en toda la Nación, y de todas cuantas cosas improcedentes que existen no generan nada positivo en nuestro entorno político. En estos momentos, y me temo que tenemos para año y medio, como en las dictaduras bananeras, solamente tenemos a un sordo autócrata responsable. En una democracia seria -de lo que presume presidir-, es lícito protestar y exigir lo que se considera justo pero, lastimosamente aquí y contra ese alguien -como diría Alfonso Guerra, a quien le pudiera sentar como un guante el traje de tahúr del Mississippi, incluidas las cartas en las mangas-, con su frecuente acción de amordazamiento prostiturador: bufanda de euros a la inmensa mayoría de los medios informativos, la protesta suena con escasos decibelios, como trompeta con sordina.

Así ¿quién nos va a hacer caso?

Eloy R. Mirayo.



No hay comentarios: