lunes, 28 de junio de 2021

¡HETEROSEXUAL QUIEN SE VAYA!

 España es el único país civilizado en el que no se conjuga el verbo dimitir, aunque se vengan abajo los palos del sombrajo. Lo que provoca sorpresa a los demás países, que lo usan a menudo, conociendo las cosas y los casos que ocurren aquí con tantísima frecuencia, empezando por lo más alto de nuestra política y concluyendo en lo más bajo de ella.

Hace unos pocos días, "señalando a alguno de nuestros/nuestras el camino" presentó el ministro de Sanidad de Inglaterra, Matt Hancock su dimisión, al ser pillado por una de las cámaras de seguridad del ministerio, "abrazando y besando a su asesora". 

Alemania. En 2011, en Alemania, su ministro de Defensa, Karl Theodor zu Guttenberg, dimitió al se acusado de copiar algunas partes de su tesis doctoral.

En el mismo año, Silvana Koch-Mehrin, vicepresidenta del Parlamento Europeo, se vio obligada a dimitir al haber plagiado su tesis. 

Algo mas tarde, más o menos dos años, Annette Schavan, ministra de Educación y Ciencia, hubo de dimitir porque, treinta y cinco años atrás, presentó en la Universidad de Düsseldorf  "un trabajo que no era suyo".

En 2016, Petra Hiz, diputada del Partido Socialdemócrata presentó su dimisión -diez años de parlamentaria- por falseo de curriculum como jurista. 

Fuera de Alemania, Hungría, Pal Schmitt, su presidente, dimitió en abril de 2012 después de que la Universidad Smmelweiss de Budapest señalara su tesis de plagio. 

El Gobierno holandés dimite en bloque por el escándalo en las ayudas al cuidado de los niños.

Interminable sería la lista de políticos españoles que por motivos similares deberían haber dimitido y no lo hicieron -muchos de ellos que ya han desaparecido por haber cumplido su tiempo "margen de acopio y apaño"-, serían: gentes como Pedro Sánchez, Pablo Casado, Susana Díaz, Ximo Puig, Pilar Rahola, Carlos Puigdemont. Pero lo extraño no es que todos esos presuntos farsantes -según Libertad Digital- sigan estando ahí, en lugares de cierto relumbrón; lo verdaderamente bochornoso para la sociedad española es que una ex ministra de Justicia, trasladada a Fiscala Generala del Reino, esté ahí después de que -como han dejado claro los medios de difusión-, señalara al actual ministro de Interior, como maricón: "¿Quién es maricón?", le pregunta el ex comisario José Villarejo a la ahora ministra de Justicia, Dolores Delgado, sobre Grande-Marlaska durante un almuerzo de amigos en el que también estaban Baltasar Garzón y otros miembros de la cúpula policial. La respuesta de la ministra se escucha claramente: "Marlaska". El ahora ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, había hecho pública su orientación sexual en 2006, un año después de haber contraído matrimonio".

(Diario El Mundo).



Eso, que el gobierno de Pedro Sánchez negó más que Pedro "El Pescador" negó a Cristo, ahora el ministerio de Justicia dice que si, la Dolores lo dijo, pero que fue "un insulto fuera de contexto". 

Ya quisiera yo que alguien me enseñara a sacar los insultos fuera de contexto porque... ¡Casi na tengo acequia guardao! Casi na le diría a más un hijo de puta que diciéndolo dentro de contexto, daría con mis doloridos huesos en el "trullo".

Volviendo al principio: aquí han dicho ¡heterosexual quien se vaya! Y san quedao tos. 

Eloy R. Mirayo.



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