miércoles, 17 de marzo de 2021

CONTARSE REPETIDAMENTE LOS DEDOS.

 Es posible que muchos españoles que tienen acceso al Boletín Oficial del Estado estén al cabo de la calle de que Correos se encuentra en manos podemitas, como una de tantas concesiones exigidas como firmes condiciones por Iglesias a Sánchez por su apoyo, pero otros muchos, como yo, que no leemos el "papelín", al no haberse hecho el acto del nombramiento a bombo, platillo y chirimías, no teníamos conocimiento de ello, mientras que no vino nadie a decírnoslo. Ahora ya es otra cosa; ahora ya estamos enterados y con la mosca detrás de la oreja.

Iglesias y Correos. Claro; el Padrino de Podemos es uno de esos sibilinos personajes que saben cómo utilizar los "por si acaso", los "tal vez llegue el momento", y siempre los quiere tener a la mano, en el caso de Correos, entre otras cuantas cosas, por el papel que desempeña en las campañas electorales, y en la recepción y entrega de los sobres con los votos.

Eso es lo que han de tener en mente los madrileños y las madrileñas que estén pensando en utilizar la comodidad de votar mandando su papeleta de voto a través del servicio de Correos, para participar en las elecciones por el Gobierno de Madrid, el día 4 de mayo. Yo no digo que... Pero no sería un impensable suceso jamás acaecido, que aparecieran a partir del día 5 bolsas llenas de sobres con papeleta dentro, flotando corriente abajo por las aguas del Tajo, del Manzanares, del Guadarrama o de cualquier otro río o riachuelo de los que riegan tierras madrileñas.

No se puede, ni se debe bajar la guardia. Cuando uno se ve en el obligatorio e indeseado trance de aceptar que un sinvergonzada le estreche la mano, es necesario, cundo ya se tiene la mano liberada, aparte de lavarse con un muy demostrado producto desinfectante, contarse repetidamente los dedos, ante la posibilidad de que el golfo, aprovechando la coyuntura, se lleve, como distraídamente, uno de los dedos más importantes; podría ser el dedo índice, que nos impediría señalarle a él, y a otros tan golfos, o quizás el corazón, con lo que ya no se podría hacer el "gesto" manual de "que te den...". 



Contrariedad que nos impediría podérselo brindar como despedida a Pedro Sánchez, a Pablo Iglesias, y a sus respectivas mesnadas, el día que alguien con suficientes méritos nos haga la merced de librarnos de ellos.

Pero volviendo al delicado asunto del podemita en Correos y el incierto futuro de los votos mandados por ese incierto canal (otrora un servicio rozando la perfección), advierto que, por mucho que fastidie la pérdida de tiempo de tener que ir al correspondiente colegio; aguantar la fila, rodeados de los tipos con pinta de facinerosos mal encarados de Podemos; con similares pintas los de IU; y sin desmerecer de los anteriores, los del PSOE; etc., y, cómo iban a faltar, los lelos vigías del PP y Cs; es mucho más saludable ver cómo el sobre en el que va nuestro voto, penetra a la urna por su mismísima rajilla. Ese voto seguro que se contará.

El intento de "colocarnos" al Iglesias, el hacendado conde duque galapagueño en la Puerta del Sol, al rojerío nacional les va a obligar al uso de cualquier tipo de "herramienta", sin que les importe su procedencia ni su nacimiento es natural o bastardo. 

"Pa qué tomarse el afán , si allí ya tenemos el oso".

 
Eso me dijo ayer, y no le falta razón, a mi amigo Lorenzo, con el gracejo de un madrileño castizo con su pañuelo blanco al cuello y en la cabeza, vencida a la derecha, la clásica gorra a cuadros con visera, especie en peligro de extinción, de las que quedan en Madrid. 

Eloy R. Mirayo.



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