SEIS MINISTERIOS Y NINGUNA SOLUCIÓN.

 ¿Canarias es España? ¡Claro que es España! Lo que no son es ministros, a pesar de que sienten sus culos -alguno "pero que muy pecador"- en sillones ministeriales y cobren muy buenos sueldos por ello, las personas que fueron agraciadas, sin siquiera tener el necesario boleto de capacidad intelectual, en la Bono Loto del señor Sánchez.

No hay conocimiento ni capacitación en el Gobierno de España para resolver con la rapidez necesaria el problema que les ha caído a Canarias y a los canarios, con la llegada masiva de emigrantes llegados la mayoría de ellos de Marruecos.

Eso está pasando desde hace tiempo, pero ni Sánchez, ni ninguno de los ministros de su gobierno, se ha dignado tratar de entrevistarse con el rey alauita o con su ministro que corresponda, ya que si los especialistas no está muy equivocados, "el grifo" está en Rabat.

Entre tanto las decenas de miles de emigrantes pululan por los pueblos costeros de Gran Canaria, una vez rebasadas las posibilidades del gobierno autonómico y de los ayuntamientos de espacio, económicas y alimenticias, con la única protección y atención que ellos mismos pueda darse que, visto cómo llegan, solamente podrían echar mano de "un mendrugo de pan" por medio de un milagro del Altísimo.

Canarias no puede esperar más; las soluciones deberían, ya, estar llegando; no hay tiempo para discutir cuál de los seis ministerios a los que podría afectar, es el que se deba poner en movimiento, sino que ha de ser el presidente del gobierno, por encima de los ministros, quien decida de una jodida vez, meterle mano al asunto. Reúna a sus asesores, a los mejores si los hay -a los otros; los amiguetes, que sigan esperando a que caiga el mes-, y que le tatúen a todo color en su "virgen cerebro", el camino a seguir para sacar a Canarias de tan apretada situación.

Cualquier persona medianamente inteligente -ya sé que es mucho en comparación con lo que hay en el gobierno- no comprende la razón gubernamental para no haber empezado a tomar las adecuadas medidas desde el momento que apareció la primera patera. 

El gobierno no puede dejar en soledad a Canarias en estos cruciales momentos. No se puede permitir que por su dejación, cuando ha empezado a llegar el turismo, se vaya a pique una de las más fuertes industrias del archipiélago.

Ellos deberían tener sobrada experiencia, y de primera mano, porque eso mismo, más o menos, ocurrió hace años siendo la "difunta liebre del Cantábrico" (Pérez Rubalcaba), presidente del gobierno. 

Ese socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, no estuvo necesitado de los infames apoyos como los que Sánchez necesitó para alcanzar la inmortalidad a través de la presidencia del gobierno de España. Palangana, jabón, esponja y toallas va a necesitar cantidad, porque las futuras generaciones, repasando la historia de este país, le van a poner... De dulce.

Esta tropa, ante los problemas que han ido apareciendo, unos de brote natural y otros que han creado ellos mismos por su incapacidad, no exenta de cierta maldad; yo no digo que Sánchez y sus "traídos"  sean tontos, como tampoco puedo decir que no lo sean porque, sinceramente, no tengo pilas en el cazatontos, medidor cualificante de esa materia pero, independiente de la falta de pilas del material  científico-industrial, lo cierto, quiero pensar y pienso, es que cada uno de ellos y ellas -desde luego no todos ¡anda que hay algunos/as...!-, en lo suyo, bien llevado de la mano para que no se pierda, pudiera ser que fueran válidos. Sin estridencias, pero válidos. 

Las cagadas de vaca para estercolar las tierras de cultivo son muy válidas, aunque no sirvan para nada más... Y el próximo verano se irán allí de veraneo

Eloy R. Mirayo.