lunes, 30 de noviembre de 2020

AL FINAL VAMOS A TENER QUE ESTAR AGRADECIDOS.

Menos mal que estamos en Europa, a pesar de estar a este lado de los Pirineos. 

¿Os habéis hecho una idea, mis queridos compatriotas, de lo que sería de nosotros si estuviéramos en el mapa mundial en lo que impropiamente se dice iberoamérica; políticamente hablando junto a Venezuela; junto a Cuba; junto a Nicaragua; junto a Ecuador; o junto a Bolivia enganchados al autóctono brazote del camaradoski Evo Morales?. Mejor que no. Puedo acreditar de manera personal que ese ejercicio es muy jodido. Se abren las carnes "di tutti il nostro corpore insepulto" solamente intuyendo lo que sería de nosotros, las personas decentes de este dolorido país -en tiempos no remotos, emprendedor, simpático, alegre y divertido- con los compadres del Maduro: el Iglesias, Presidente de la Republica; la compañera, ministra de Enseñanza y Cultura y el Monedero, de ministro de Interior y Justicia ¡además de los demás! agarrados al mango de la sartén; con nuestros angelicales culitos al aire; desnuditos y desnuditas de derechos, friéndonos, vuelta y vuelta, a impuestos, para que todo acreditado rojazo de mala baba y peor leche, se pueda hacer, en tiempo récord, con nuestros dineros honradamente sudados, un "chaletón" de párate y no te menees, en terrenos carísimos de nuestra madrileña serranía -eso sí; notoriamente inferior, pero no mucho- como el del Vicepresidente segundo de este Gobierno Sancheiglesista: ¡pon, porropon, pon! Su Señoría el superarchiduqueso de Galapagar, y sus Tierras de Campo, donde pasear la jauría de caros canes -alguno de más de 9.000 euros de coste, de su Podemita Excelencia, con firmísima vocación de chupa sangre Capitalista.

Me cuentan -la maledicencia fascista ¡por supuesto!- que sale más caro cuidar y mantener alimentados los perros de Iglesias en un mes, que lo que necesita una familia española de cinco personas, para mantenerse en ese mismo plazo de tiempo. 

Pero es que... para eso se preparó Pablete como comunista; para, sacrificándose dentro de esa corruptora vida, servir de ejemplo de lo que tiene pensado lograr para todo ciudadano de esta Republica, cuando lo sea.

Quien nos iba a decir que al final vamos a tener que estar los españoles agradecidos de estar bajo la tutela de la represiva Unión Europea, y de ser otro de sus mercachifles que, con las suelas de los zapatos agujereadas; los pantalones con más lámparas que una verbena; y los codos de las chaquetas  deshilachados, nos costean esta democrática ruina, a costa de los ricos bolsillos de este continente, para que hagamos correr la voz de lo maravilloso que es su invento: "el Mercado Común", al grito de: ¡Cómo Europa; no hay ninguna; Europa, Europa, Europa es cojonuda!.

Hace muchos años en España, por las navidades, se puso de moda desde el ámbito religioso el slogan que decía "Esta Navidad pon un pobre a tu mesa". Y esa Navidad, aunque no muchos, si es cierto que hubo algunos pobres que la pudieron celebrar en familia, aunque no fuera la propia.

Eso es lo que este jodedor gobierno está consiguiendo: que España sea el indigente que se siente a comer a la mesa -de la cocina, entre el servicio doméstico- de la rica Europa, pues imposible será que, hipotecados hasta el cuello, nos lo podamos pagar de nuestro propio peculio.

Resulta rarito que, al unísono, esta magnífica Democracia nos ha proporcionado este "actual Estado del Bienestar" que se dice que se disfruta en España, al tiempo que se sufre una deuda acumulada de la que no podremos salir, si es que alguna vez se sale, en varias generaciones. Siempre que tanto a socialistas como a comunistas se les mantenga muy alejados de la "vajilla de cristal de bohemia", que es demasiado delicada y valiosa para tan pecadoras manos.  

Eloy R. Mirayo.



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