La inhabilitación de Joaquín Torra como presidente de la Generalidad de Cataluña, por sentencia del Tribunal Supremo, me recuerda el caso del famoso gángster italoamericano Alphonso Capone que, con una larguísima carrera de gravísimos delitos de todo tipo cometidos, incluidos los de sangre, fue encarcelado por lo menos grave, en comparación con todo lo demás: hacerle trampas al FISCO, distrayendo el pago de impuestos.
La gran diferencia que separa a estos dos personajes fue, como es sabido, que a Capone la Justicia americana, tan garantista, no pudo demostrarle su participación en los crímenes que se le suponía, mientras que la Justicia española si pudo demostrar que el Torra, y antes sus antecesores, su participación principal en varios delitos, y los sentenció. Advirtiendo a quienes lo han querido ver, que quienes no actuaron debidamente es, y en su momento fueron, los administradores del Poder Político que en vez haberse comportado como defensores del Estado ante los atentados cometidos por el separatismo catalán, por intereses espurios, nunca ha sido capaz hasta ahora, y ha debido ser el Jefe de la oposición, por hacer que las sentencias del Tribunal Supremo se cumplieran.
Es un comportamiento común instalado en nuestra clase política: volver la mirada para no ver lo que les está ocurriendo a los catalanes que ejercen su españolidad en Cataluña, y para no enterarse del latrocinio que durante lustros han venido ejerciendo algunos presidentes de la Generalidad de Cataluña, siendo el ex presidente Pujol un diáfano ejemplo.
Los distintos gobiernos democáquitos sufridos por los españoles, al que también se suma el actual, han convivido sin ningún escrúpulo con un desvergonzado delincuente cabecera de su clan familiar, siendo ensalzado y mimado por Adolfo Suárez, Felipe González, José Maria Aznar... Chiss; no hay que despertar a la fiera.
Resulta que a pesar de echarle un balde de agua a la cara de la fiera, se despierta, y no pasa nada. Al títere; al muñeco de paja que pusieron a presidir la Generalidad, cuando no sirve ni para llevar la palangana y las toallas en un pros... Bueno; digamos que no serviría ni para presidir una comunidad vecinal de dos vecinos y medio (como pasa con el 99% de los componentes del actual gobierno) se le da la "patá charlot en to el culamen"; y no pasa nada.
Se inhabilita al presidente de la generalidad. ¡Jo... der! No saben lo que han hecho. Lo único que como consecuencia podría ser digno de mención, es la consabida aparición de unos pocos hijos de puta (que los hay en todas las sociedades; también los tenemos aquí ¡bien altos que están!), escoria humana, que se juntan para quemar una bandera nacional y un par de contenedores, cruzar unos pocos coches en la calzada y lanzar improperios contra los Mozos de Escuadra, además de unas cuantas reproducciones exactas, a tamaño real, de las cabezas de sus puñeteros padres (cabezas de cerdo), olvidando, una verdadera pena porque así no vamos a saber de su tamaño, longitud y grosor; si lisos, curvos o retorcidos, el detalle de los cuernos.
Eso es toda la protesta que se han visto forzados a sufrir los barceloneses, junto a la... Vamos a ser blandos, Eloy... No te alteres y dejémoslo en... ¿simple cabronada? Bueno, vale; ya que por otro lado suele ser bastante frecuente eso, lo de los directivos del FC Barcelona que erigiéndose, porque les sale de entre asta y asta -desde entre hasta aquí, a hasta allá- , en representantes de todos los socios del club, unas veces cediendo el Campo Nuevo al separatismo rijoso o, como en este caso -lo del Torra y la justicia- nombrándose portavoz de todos los socios, poniendo en tela de juicio una sentencia, ante tal delito no cabía otra, del más alto de nuestros tribunales.
Y es que con esto de la jodida Democaca y las redes sociales, cualquier gilipollas, hartosopas, se cree con el derecho, jugando con el teclado de su teléfono, de criticar algo tan alejado de su entendimiento, como es el Tribunal Supremo de España.
Eloy R. Mirayo.
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