lunes, 28 de septiembre de 2020

ESO PASA POR JUGAR CON LOS CACHARRITOS.

No voy a señalar -está feo señalar con el dedo-, porque  además de por educación, digamos que les desconozco, y denunciar sin pruebas irrefutables es un gran riesgo que sería de locos asumir, por mucho que la mayoría de los mortales tengamos en mente unos pocos candidatos de cuál o cuáles fueron las mentes diabólicas que decidieron dar puerta al virus conocido como Covid-19.

¿Por qué tiene que haber "alguienes" como "libertadores del virus? Por una muy sencilla razón, que habrá otras opositoras razones que sean igualmente defendibles, pero que no podían hacer desaparecer la sospecha.

Cada día somos más quienes pensamos que no fue el jodido virus el que por su libre albedrío destapó la probeta en la que estaba preso y, en un descuido del vigilante, saltó furtivamente por la ventana, abierta por el calor, o simplemente por ventilar, que por esos días estaba haciendo en Wuhan (China).

Se entiende fácilmente, aunque se sea tan torpe como yo, el benefactor trabajo de los investigadores que en laboratorios por todo el mundo, se esfuerzan sacrificadamente por encontrar fármacos y vacunas para proteger nuestra salud. Lo que ya empieza a no ser comprensible, hasta la sospecha, es enterarse de que lo que se estaba acunando en la cuna de ese laboratorio chino era un virus altamente peligroso para la salud del organismo humano, altamente contagioso y con muchas posibilidades de ser mortal para quien tuviera la desgracia de infectarse de él -998.000 muertos en todo el Mundo-, como está sucediendo. (Una criatura de dieciséis años, una adolescente muy compungida, le contó ahogándose en lágrimas a su madre que estaba embarazada. "Eso te ha pasado por jugar con los cacharritos", le dijo su madre).

Que alguien nos explique para qué su creación y manipulación. ¿Cuál iba a ser su empleo?.

Fácilmente para hacer descender la excesiva presión demográfica que ya hace que empiecen a vislumbrarse la escasez de algunos productos alimenticios. Por ejemplo, la carne. (Me cuentan que hay millonarios que se quejan del precio que han alcanzado las angulas, el caviar y el champán: "así, no se puede vivir"). Parece que pueda haber "alguienes" que piensen que tienen razón.

Una de las peculiaridades que llaman la atención, es la que ninguna de entre las Díez personas más ricas de este Mundo,

  • Jeff Bezos. Amazon... 
  • Bill Gates, Microsoft... 
  • Bernard Arnault, Grupo LVMH... 
  • Warren Buffet, Berkshire Hathaway... 
  • Larry Ellison, Oracle... 
  • Amancio Ortega, Inditex... 
  • Mark Zuckerberg, Facebook... 
  • Jim Walton, WallMart.

(Si nos fuéramos a los cien, es muy posible que tampoco)

hasta el día de hoy, 28 de septiembre, ha fallecido víctima del Covid-19. A pesar de la avanzada edad de algunos y, por poner uno, quizás el más popular, mister Bill Gates, a pesar de que suele estar cercano -él y sus dineros- en temas de laboratorios de investigación.

Que el crecimiento demográfico a nivel mundial es una preocupación de personas que compran los pensamientos de otros para hacerlos pasar por propios, algo así como le ocurre a nuestro presidente, es indiscutible, como también es indiscutible que de las profundas crisis, solamente Dios sabe por quién creadas, siempre salen mejorados los mismos; con lo propio, más con lo "agarrado al vuelo" de los demás.

La gente sencilla; la masa que dicen los rojos, escasamente nos enteramos de quiénes son los propietarios de las grandes "productoras de dinero" (entre las que se encuentran la trata de blancas, el juego, el comercio de armas, el narcotráfico) porque lo tapan los malolientes entresijos con una pocas vocales y consonantes en mayúsculas, como título empresarial; cuando no usan de un sinvergüenza como mascarón de proa, con voluntad de conversión en "chivo expiatorio o cabeza de turco", cuando las cosas dan "la cara" indeseada, y los hilos gubernamentales no dan para zurcir rotos de tal naturaleza.

Eloy R. Mirayo.




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