miércoles, 22 de julio de 2020

HASTA LA... MISMÍSIMA LÍNEA DE FLOTACIÓN.

Tenemos a toda la investigación farmacéutica mundial trabajando a marcha forzada tratando de hallar la fórmula para fabricar la vacuna que nos libre del Covid-19. 

Es bueno tener esa vacuna en reserva junto a las otras muchas vacunas; eso da una cierta seguridad en caso de un furibundo repunte vírico de cualquiera de los malos virus que la farmacopea tiene dominados.

A los investigadores que por culpa del coronavirus andan sin resuello, sin vacaciones y hasta sin salir al recreo, trabajando "como blancos" contra reloj para descubrir la vacuna -en inyectable, ungüento o supositorio- para cepillarse al bicho que tanto y a tantos ha jodido -a unos lamentablemente llevándoseles la salud o la vida y a otros dejándoles el dolor de la pérdida de sus seres queridos-. Debería haber alguien inteligente en el gobierno de algún país -en el nuestro inútil la búsqueda- que después de haber leído este articulillo le dijera al colectivo mundial que está en "esas", que podría haber un remedio sencillo -descubierto por mí, después de una somera prospección en el mundillo de la política nacional y mundial que, ahí lo dejo sin coste para que pueda llegar gratis a todas partes- que aliviará la actual situación de brotes y rebrotes, mientras ellos entonan el ansiado ¡EUREKA!.

Mi descubrimiento, en una de sus dos variantes, es tan sencillo que cualquiera podría pensar que es una estupidez; y eso terminará siendo si, con el desprecio que caracteriza a los necios que mandan, no se utiliza como recuperador o preservador de la salud. Podría pasar conmigo como le ocurrió al que descubrió la manera de hacer fuego; el pobre hubo de escuchar de los miembros de tribu: geruugñica fustsgg traéis chim pun triful, calcetin poruff Sánchez (en castellano: Mira tu ese presumido lo que ha echo, solamente para su lucimiento, es como Sánchez). 

Tampoco fue manca la que le soltaron sus vecinos cuando vieron al inventor de la rueda andar por el campo haciéndola girar; hasta hubo quien dijo: "mira el gilipollas ese con lo que se entretiene". O más tarde el inventor del paraguas hubo de escuchar cuando salía a la calle guareciéndose de la lluvia bajo su invento: "mirad la gilipolleza, si será guarro que ha hecho ese mamotreto para no lavarse". 

Mi descubrimiento, que no he explicado hasta este momento, como he dicho un poco más arriba, es el plan para recuperar la salud física y la sicológica, o preservarlas. La cosa se trata de asumir hasta el último marisco, caviar y chuletón o solomillo, Whisky, Ginebra o Vodka; la dieta de los políticos y al tiempo, observar la misma dedicación, entrega y arrojo que también nuestros políticos emplean en no hacer nada por nadie que no sean ellos mismos. Motivo -que yo he convertido en terapia- por el que ninguno de nuestros políticos en activo, a pesar de que hubo unos pocos infectados, han pasado a peor vida -peor, porque mejor que la que se chupan no existe-.

La segunda variante es más difícil de asumir e interpretar porque, al revés de la otra -para ser político vale cualquier gilipollas sin la más mínima sombra de inteligencia y absoluta falta de preparación intelectual, para esta otra es exigencia sine qua non, tener muchos millones de euros, aunque hayan sido amasados por anteriores generaciones familiares traficando con esclavos; en negocios de prostitución; indecente tráfico de armas o también -se les ha hecho un hueco- a los que han hecho presencia con enriquecimiento reciente al calor de los dineros poco transparentes del narcotráfico y el tráfico de influencias; ambos dineros que las autoridades no prestan atención de dónde llegan, y tampoco hay nadie que quiera saber a dónde va a parar. 

Tampoco, como en el caso de los políticos se ha registrado una sola baja funeraria por el coronavirus entre la centuria de los y las personas más ricas del Mundo.

Da la sensación, al menos esa es mí sensación, que esta pandemia es como uno de esos drones que se mueven por el aire y se dirigen desde tierra, por quien tiene en la mano el mando.

Si; es posible -¡y tendrán razón!- que esto que he escrito es una auténtica estupidez. Yo, después de repasarlo también lo creo; por ello pidiendo perdón si alguien se siente tratado sin el respeto que se merece -ni políticos ni ricos- aunque les cueste creerlo, sí tengo por ellos el respeto que sin duda merecen.

Fuera de discusión; lo cierto y verdadero es que ya estoy hasta la... mismísima línea de flotación, de andar obligado, "por el Gran Hermano", dentro, sin salirme un "cilimetro", de los límites de lo políticamente correcto. Echo de menos el chiste del "cojo", del "paleto", del "marica", del "judio", aunque sea el que termina ridiculizando al "gentil"; el de la venganza del chino... Queridos camaradas; queridos amigos; respetados lectores, si los hubiera; estoy hasta los mismísimos cojones de aguantar los caprichos necios de tantos hijos de puta caídos como una plaga de langosta sobre el Poder, que tratan de llevarme a empujones hasta el más triste aburrimiento.

¡¡¡Qué les jodan!!! "Saben aquel que diu..."

Eloy R. Mirayo.



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