jueves, 20 de junio de 2019

CRISIS.

Las crisis negativas económicas y morales que han afectado con exagerada gravedad a España y subsidiariamente a los españoles, se las puede reconocer, como se conocen, previo científico bautizo atmosférico, las ciclogénesis explosivas,

colocándoles para el archivo nombres al uso entre los humanos; los de nuestras crisis, están debidamente identificados con los nombres propios de los presidentes socialistas, Felipe (González) y José Luis (Rodríguez), que ya sufridos han pasado a la Historia, y con la más presumible posibilidad de  que se acentúen nuestros sufrimientos si cuaja el gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

Pero hay una parva de individuos en este país que no tienen espacio en sus pétreas cabezas para ir almacenado memoria, y tampoco hay hueco donde pudiera germinar ni siquiera una brizna de inteligencia. En esas cabezas sin capacidad de raciocinio solo hay espacio para el instinto, como los Bueyes, que solo les sirve para arrastrar piedras, sin valor positivo, fuera de lo espectacular que puede que sea para unos pocos.

"Es de agradecer el haber podido vivir en tiempos interesantes". Eso que se dice en una película norteamericana no tiene nada que ver con vivir en estos momentos en España. Las noticias salpicadas entre otras que se nos presentan desde los medios de información, son desconcertantes, por indeseables e inesperadas: "Cataluña. Barcelona se promociona en Londres para atraer talento e inversiones". 

Lo de las inversiones de cualquier manera y situación me parece lógico y normal, sobre todo cuando se ha tenido la desgracia de que los políticos de esa autonomía forzaron una diáspora de empresas nacionales y extranjeras. Lo que sí debería hacer sonar las alarmas es que Barcelona, una de las más importantes ciudades de España y de Europa, industrializada, turística, situada en una de las autonomías más privilegiadas por la naturaleza y, de manera muy notoria, cultural, con figuras tan ilustres como Francisco Pi Margall, Antonio Gaudí,


Jaime Balmes, Narciso Monturiol y un larguísimo etc., que sería cansino enumerar. 

Barcelona desde siempre fue un destino atrayente tradicionalmente abierto al exterior desde tiempo inmemorial; con una acreditada universidad, rebajada por el separatismo cerril a tener que solicitar talento ajeno. Eso es perfectamente señalable como uno de los grandes "logros" de los hijos de puta de los amarillentos churritos, de alguna manera consentidos por la desastrosa clase política actual.

¡A Franco con esas!

Eloy R. Mirayo.



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