viernes, 29 de diciembre de 2017

PANFLETILLO MUNICIPAL.

¿Desconocimiento del problema? ¿Cursilada? ¿Pura estupidez? ¿Sobra de tiempo laboral? 

Cuando en su quehacer alguien es incapaz, por su bajo nivel intelectual, de pensar en hacer algo importante y eficaz, le sobra tiempo para embarcarse en esta clase de estupideces, que solo servirán, si es caso,  para que algún allegado se gane unos cuantos euros imprimiéndolas en cartoncillo. (Como se ve, acompañando a la obra de arte, no le falta prenda).

Desde la perspectiva de quien es un típico "producto" del franquismo: niño bien educado, tanto por su la familia como por el colegio; adolescente disciplinado y buen aprendiz; y adulto trabajador y respetuoso con los derechos de los demás, ese panfletillo municipal, 

firmado por todo el elenco de la política municipal (mía tu pa lo que por fin van todos/as a una; podían también ponerse todos de acuerdo para apoyar a la industria y al comercio de Madrid) la respuesta a cualquiera de las preguntas y a todas ellas en tropel, si a mí se me hicieran, sería un ¡SIIIIIIIIIII! mayúsculo, y con sostenidísimo eco perdiéndose por el espacio.

No deja de ser raro que quienes así usan de esta manera los "buenos tratos", tengan el descaro de firmar bajo el escrito que, de manera indiscriminada, usa el nauseabundo eslogan "violencias machistas". Hace falta ser necios para proponer que en la puerta de cada casa madrileña se ponga "un colgador" (colgador es quien cuelga algo, y lo que se cuelga, es un colgante; hay que aprovechar mejor la escuela) para que "las mujeres que sufren violencia sepan que cuentan contigo". Claro, esas pobres mujeres que sufren la bestialidad de sus parejas, por la mañana tempranito se asean y salen a la calle para comprobar la cantidad de colgantes que hay en cada puerta de las casa de cuantas calles hay en la capital de España.

Queremos que te sumes a la campaña "Barrios por los buenos tratos". 

Y que tales señoras y señor firmantes del bodrio 

(coño; por lo menos aquel viejo alcalde socialista, el del ojo chungo, escribía sus coñazos bandos, castellano antiguo y algunos, en verso. Muy mejorable) 

si en vez de entretenerse en estas simplezas, en silencio, tratan de que, quienes sufren el arduo trabajo de "asesorarles" encuentren, por ejemplo, la forma de devolverles a profesoras y profesores la autoridad lógica y necesaria -nada extraordinario- para que pueda desarrollar su importante labor social. Aunque no se lo crean, porque ustedes eso del colegio, el instituto y la universidad...

Parece que, cómo no, el firme apoyo a la enseñanza y al profesorado, daría mucho mejor resultado que esos jodidos ¡COLGANTES!. No colgadores.

Eloy R. Mirayo.

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