viernes, 15 de septiembre de 2017

UNA CHAPUZA DE PAÍS.

¡Claro que hay más! No podría ser de otra manera después de que hemos tenido al equipo gubernamental pendiente de meter en cuadra a los cornúpetas hijos de puta que les nacieron a los catalanes, sin ninguna culpa.

Como todos sabemos, los gobiernos fueron creados para el buen gobierno; para ordenar y preservar, de manera universal la convivencia, y alcanzar la posibilidad de realizar aquello que individual o en pequeños grupos no podría realizarse, aunque fuera necesario. 

Ayer señale de forma somera y poco científica tres grandes asuntos en los que este gobierno debería entrar con seriedad y ganas, sin paños calientes, de encontrar las soluciones necesarias, que están en la mente de casi todos los ciudadanos de este país; como lo está el seguimiento por parte de la autoridad competente, el dudoso funcionamiento de ciertos propietarios de empresas quebradas durante la odiosa crisis, que con su "quiebra", se llevaron por delante a un gran contingente de empresas auxiliares subcontratadas; pequeñas economías -fontaneros, fabricantes de puertas y ventanas, mobiliario de cocina, electricidad, etc.- colaboradoras que acabaron arruinadas, mientras que el gran empresario -prácticamente todos muy millonarios hechos ladrillo a ladrillo- continúan sus vidas muelles, disfrutando de sus extraordinarios casas, hermosos chalets, de sus refrescantes yates, de sus rápidos aviones, de sus "tórridas" queridas, y sufriendo a sus ya muy vistas esposas.

Así, de la manera que nos muestra la fotografía es como se encuentran la mayoría de los polígonos industriales de este país, nacidos deprisa y corriendo empujados por un espejismo económico sin más base y cimientos que la especulación. 

Esta imagen además de la ruina de los edificios, muestra la ruina humana de cerca de cuatro millones de personas que "goza" conviviendo con el segundo hombre más rico del Mundo.

Toda esa gentuza a quien la crisis ha hecho más millonaria de lo que ya era, seguramente se ríe diariamente a mandíbula batiente, paseando, más chulo que una mierda en un solar, por los abandonados polígonos industriales, sus víctimas, como lo hace don Juan Tenorio, ante las tumbas del Comendador Ulloa y de don Luis Mejía. "No os podéis quejar de mí, vosotros a quien mate; si buena vida os quite, buena sepultura os di". 

Quiebras fraudulentas; exigentes e insalubres empleos pagados con infrasueldos; persecución de subsidiados vagos, muchos de ellos simples maleantes que, amparados en la lástima, sin ninguna capacitación profesional, se sacan un buen sueldo "chapuceando". Eso sí, cobrando por adelantado y sin terminar la obra.

El chapuza solamente triunfa en una chapuza de país.

Eloy R. Mirayo.

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