viernes, 11 de noviembre de 2016

CARCAJADA.

Después del coito le sigue el cigarrillo que llena el tiempo hasta empezar a calentar el siguiente. 

Es el clásico cinematográfico; se lo he visto hacer -lo de fumar, lo otro estaba bajo censura- a Paul Newman en varios filmes;  yo hace muchos años que no fumo.

Eso será seguramente para mister Trump, el tiempo que ha de pasar para

"tomar" la Casa Blanca, como residencia durante los años que, los que le han puesto, le permitan estar. 

Hoy he leído la columna de Federico Jiménez Losantos, 

y en cuatro palabras he descubierto la razón de que -además de por su tamaño- los EEUU es un país sólido que debería ser referente para países "bananeros", como es en lo que se está convirtiendo este, en el que aún sigo exiliado.

Don Federico explica: "ayer la web del presidente electo -mister Trump- anunció un amplísimo paquete de medidas de Gobierno de las que, como Washington no es Caracas, quedará solo una parte, la que logre la aprobación de Congreso y Senado y refrende el Supremo".

Esas cuatro palabras son las que tranquilizan a los norteamericanos, y son las que se necesitan, para tranquilizarnos a todos los que habitamos aquí. 

La sensación que uno siente leyendo ese tramo del artículo, es que tanto el Congreso como el Senado en aquel país, son instrumentos serios de apoyo o de veto a las propuestas del Presidente y las de su equipo de gobierno. Y, para mayor seguridad del yankee, aún le queda el Supremo; un Tribunal con la debida autoridad, para hacer efectivas sus sentencias. De las que nadie osa reírse.

La carcajada brota de manera absolutamente espontánea cuando se nos viene a la mente el caso que algunos hijos de... ¿De qué? ¿Hijos de qué? Pues de eso que todos estamos pensando; los que tienen tomada la Generalidad de Cataluña, hacen de las sentencias que dicta el Tribunal Supremo de este país. Dicen que la diferencia no es que nuestros jueces y magistrados sean peores; menos capacitados para administrar justicia que los americanos sino que, desgraciadamente, reciben de alguna manera presiones, por haber sido elegidos, por cuota, por los partidos políticos con representación parlamentaria.

Los países caminan con firmeza cuando sienten que son guiados con mano experimentada; confiados de que, aunque el camino no ande escaso de dificultades, acabarán por llegar a la meta deseada. 

Así fue lo que viví en mi Patria, España, hasta que de allí me sacaron.

Eloy R. Mirayo.

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