viernes, 15 de julio de 2016

¿NADIE VA A TOMAR LA RESPONSABILIDAD?

Desde luego que el "romanticismo en la guerra" es inexistente, en cualquier caso, un lejano recuerdo. Ese ridículo aserto es una de tantas gilipolleces que, algún desocupado dado exclusivamente a darle vueltas a las cosas, se le ocurre y, por su excentricidad, caen en gracia en los oídos de la gente. Y quedan enmarcadas en "perlas" en el acervo popular, como otra carta más en la baraja de las grandes citas; para pasar a ser usadas por las personas que, por no tener nada propio que decir, echan mano de las recogidas en los libros de las "Citas Famosas".

Esta, en concreto, la suelen decir quienes no perdieron guerreando ni la vida propia, ni la de ninguna de las personas a quienes quisieron y ahora quieren.

Las guerras son cabronas y despiadadas; ante un cuerpo roto y vacío de vida, jamás se puede encontrar el romanticismo.

En estos momentos con cerca de cien personas, entre adultos y niños, que  han sido asesinados por un "soldado" del extremismo islamista, el pensar que haya alguien que pueda pensar que en esa bestial acción; en la muerte del asesino, pudiera haber un atisbo de romanticismo, revuelve el estómago y, con razón, pone en el corazón de las personas normales, la semilla del odio.

Hoy he escuchado decir al Director de la Seguridad Interior de Francia (la Seguridad Francesa se divide en Interior y Exterior), como si en estos momentos en aquel país eso fuera lo más importante, que el atentado beneficiaba a la extrema derecha. No solo en España ocurre que un imbécil lleguen a ocupar cargos de gran responsabilidad.

¿Es que nadie va a tomar la responsabilidad de a "esto" llamarlo guerra? Alguien ha de asumir y actuar en consecuencia porque las guerras son claramente unos contra otros, usando el material bélico apropiado para vencer. No es el dedicarse a lamerse las heridas, como la única medida a tomar cundo uno es gravemente agredido. Pero, si en nuestra parte no hay nadie que, cojonudamente, de el paso, "esto" dejará de ser guerra, para ser simplemente fragua, en la que ellos son el martillo y nosotros continuaremos recibiendo los golpes sobre el yunque.

Esta guerra necesita de nuevas formas de enfrentarla porque el enemigo es cruento, transparente, y solamente se materializa en el momento exacto en el que se realiza el atentado. Hay que aceptarla como desigual porque el enemigo que nos mata, vive, trabaja, asiste a los espectáculos, come y, hasta copula entre nosotros, con total normalidad. Y se benefician de nuestras estructuras, Sanidad; Enseñanza; Prestaciones sociales. 

Pero tienen, y no lo hacen totalmente en secretismo, sus puntos de reunión (mezquitas de todo tamaño) y los activistas más peligrosos y poderosos que son sus imanes, quienes dirigen y vigilan los comportamientos de los fieles; tienen abiertos cientos de miles de lugares de reclutamiento por todo el Mundo; usan con el mayor descaro las redes sociales para sus criminales actos; y, además,  la actuación cómplice de los partidos de izquierdas, siempre vigilantes de "la respuesta desproporcionada" que usan con toda legitimidad, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad.

Seguro -ya lo escucharéis y veréis- que estarán a punto de salir esa subespecie humana, los hijos de puta, diciendo que no se deben tomar medidas en caliente; que lo mejor es dejar pasar el tiempo. ¡Claro! Si alguno de ellos recibe "dineros salidos de debajo de un turbante".

... Y, emocionado, he escuchado por la radio la Marsellesa, salida del teclado blanco y negro de un piano; más me abría emocionado haber escuchado el "tableteo" de un fusil de asalto, llevándose por delante a un montón de gentuza, como el cacho cabrón que ayer masacró a tanta gente inocente.

Eloy R. Mirayo.

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