miércoles, 28 de octubre de 2015

LOS ACOJONADORES DEL REINO.

Hacía mucho que no escuchábamos a los Acojonadores del Reino.

Los Acojonadores del Reino son una secta semiclandestina, que se dedica en cuerpo y alma, desde tiempo inmemorial, a la búsqueda de detalles que les permita crear, amplificando convenientemente, un asunto que alarme al personal hasta el punto de dejarle acojonadito perdido.

Recordemos que uno de sus más sonoros acojonamientos fue hace más o menos 50 años, cuando nos advirtieron de la existencia de las "fallas" del Pacífico; haciendo creer al gentío, a base de propaganda en los medios, que los labios de la falla se estaban separando y que en corto plazo la Tierra se dividiría en dos partes, como una naranja, con la seguridad de que se perdería la gravedad, lo que haría que todo y todos flotáramos como alma en pena por el Espacio exterior, que dicen los pijos.

Los agujeros en el Ozono; la desertización galopante; el calentamiento de la Tierra que, como consecuencia, está derritiendo peligrosamente el hielo del Polo Norte -el derretimiento del Polo Sur parece no importarles tanto-; la "locura de las vacas"; lo cancerígeno del aceite de oliva. Son simplemente un pequeño ramillete extraído del grandísimo cajón que con los años se ha ido llenando.

En este momento los acojonadores han decidido acojonarnos con lo cancerígena que resulta la ingesta de "carne roja," salchichas, hamburguesas y perritos calientes. Lo que se dice comida basura, o comida chatarra.

El asunto del Ozono, una vez logrado el choque acojonador, lo han silenciado porque, es de dominio público que esos agujeros que se hacen en la capa de Ozono -entre 10 y 50 kilómetros sobre la superficie de la tierra- son los rayos del Sol quien los hace y quien los tapa, y no los humos que salen por el tubo de escape de mi " Seiscientos".

El otro asunto, el de la desertización, calentamiento y derretimiento, sí que me tenía preocupado (¡y me sigue teniendo!) porque el Pak, nos condena a morir de tres diferentes formas al mismo tiempo: de inanición, la desertización no dejará nada comestible; el calentamiento hará de parrilla y ahogados por el agua del deshielo. ¿Diréis que no es acojonante?.

La locura de las vacas y lo cancerígeno del aceite de oliva, del azúcar, se ha demostrado que simplemente son casos que obedecen a intereses comerciales, con lo que él acojone ha quedado totalmente desarmado.

Esa comida "chatarra", resulta que mueve ingentes cantidades de "parné" en todo el Mundo. Las interminables colas en hamburgueserías y pizzerías; y la popularidad de los "perritos calientes", según algunos, parece haber "chingao" a más de un amo de cadena de restaurantes. Quizás sea eso pero, estoy casi totalmente seguro de que la mayoría de los degustadores de esa "chatarra", si su nómina se lo permitiera, preferiría meterle el diente a un buen solomillo abulense,

al riquísimo roquefort.

Eso sí que acojona, ¡la factura del restaurante!

Por Eloy R. Mirayo.

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