martes, 20 de octubre de 2015

AUNQUE SEPAN LEER, NO ENTIENDEN.

La última vuelta a la tuerca que cierre cualquier clase, tamaño y duración de la presencia de Dios en la vida nacional, un gilipollas educado en un colegio religioso, se propone dar, "cuando yo sea presidente del Gobierno, eliminare la religión en colegios públicos y privados (¡ole tus domocaquitos cojoncillos!); dice el muy imbecil.

Mala mezcla la gilipollez y la imbecilidad, sobre todo cuando es ilustrada -en el caso del que hablamos, aunque sea entre comillas-; malísima fusión que, si Dios no lo remedia, nos caerá sobre la chepa.
Nos dice muy doctamente el adagio que no hay peor cuña que la de la misma madera. Y eso es una verdad como un templo (cuento con el perdón del "imbepollas"); clara y notoria, viendo la cantidad de tarugos que han caído del gran árbol de la religión cristiana: los Zapatero, Pedro Sánchez, Javier Solana, Pérez Rubalcaba, Bibiana Aido, Carmen Chacón, M.T. Fernández de la Vega, Jaime Lissavegzky, M.A. Fernández Ordóñez. Y paro ahí, porque solamente de leer los nombres me pongo enfermo. 

Precisamente el ultimo tarugo flotante en los medios de comunicación, sueña, porque es barato soñar, con sentarse en el trono monclovita, y como un Calígula descorbatado, encabezando la tropilla progre, perseguir a sangre y fuego a los mansos cristianos, incapaces de defenderse con un par de cojones como san Pedro, por las catacumbas hispanas.

Todo eso ha salido de colegios religiosos como el colegio del Pilar; colegio que esta ubicado en la calle Príncipe de Vergara (para mi, General Mola), en el mismísimo centro del señorial barrio de Salamanca. 

Quizás quienes no conocen Madrid, leyendo los nombres pudieran pensar que el colegio del Pilar es uno de aquellos colegios donde los curas comunistas, a las órdenes del Soviet Supremo, daban lecciones de marxismo en el Pozo del Tío Raimundo; barrio de Vallecas.

Promover la enseñanza laica desde las alturas gubernamentales, me parece que es consecuente con la clase de políticos al uso. Para esta gente, la Santísima Trinidad les hiere profundamente: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Teniendo en cuenta la importancia que en la religión cristiana tiene la figura del Padre, y los pocos izquierdistas que saben quienes son, o fueron, sus propios padres, desde esa deformada óptica, pudiera parecer comprensible el odio que profesan a nuestra espiritual razón de ser y estar en este mundo, y quieran hacerla desaparecer.

Lo que ya me parece una intromisión inaceptable, es que el muy gilipollas, sin tener en cuenta el mandato constitucional, pretenda erradicar la religión cristiana de los colegios privados.

Artículo 16 de la vigente Constitución Española:
1- Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley.
2.- Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
3.-Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.

Por lo que trasluce, el gilipollas, aspirante sociata a la Moncloa, es uno de esos mastuerzos, tan común en estos democaquitas tiempos, que aunque saben leer cualquier escrito, son incapaces de entenderlo.

Por Eloy R. Mirayo

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