viernes, 31 de julio de 2015

CIERRE AL CURSO LABORAL.

Hoy echo el cierre al curso laboral hasta el día 1º de septiembre.


Como muchos de vosotros mañana empezaré el veraneo que después de once meses trabajando como un blanco -10 horas diarias, soy autónomo-, con el agravante de soportar a la más que asquerosa, repulsiva actividad de esta Democaca y sus insufribles democaquitos y democaquitas, que no es paja.

Espero que este mes de agosto, que no me podré tirar a la Bartola


en los treinta y un días de vacaciones, aparte de que mi Julita es muy celosa; hará mucho calor y, según me han contado, la Bartola es inaccesible (amen de que uno ya no está para grandes cabalgadas) me permita reponer las fuerzas físicas, psíquicas e intelectuales que serán necesarias para enfrentarme aguerridamente a los malos,


con alguna posibilidad de triunfar y así, llegar a el próximo año, el día como el de hoy, esté usando chorradas semejantes a estas, para cerrar el "curso" por veraneo.


Yo, cogeré el coche y, con la más intensa precaución y respeto a las normas de Tráfico, acometeré cada desplazamiento que tenga que emprender, que no serán demasiados. Esto lo digo porque me interesa que vosotros y vosotras, que como muchos españoles viajareis con vuestros vehículos visitando lugares de nuestra hermosísima Patria,


finalizadas las vacaciones, volvamos a nuestros lugares de residencia (si no es que nos lo haya arrebatado un okupa de los que no han conseguido un cargo político), a recuperar esta que me gustaría que fuera nuestra agradable tertulia.

Volved todos, y con inmejorable salud. Punto y aparte.

¡Quien fuera en estos momentos funcionario! Da igual de que institución, pero funcionario español.

Da gusto oír decir al presidente del Gobierno que, por fin, se empieza a actuar con justicia, devolviendo la paga extraordinaria que se les había birlado a los funcionarios, y que la congelación del sueldo deja paso, no es que sea para echar coche, pero un 1% siempre es mejor que un 0%. Ya se que es una perogrullada; es que uno, a estas alturas de año no da para más. Ya veis, ni siquiera me quedan fuerzas para darles vuelta y vuelta a los rojos.
¡Va! que les vallan jodiendo, yo; a mojarme cómodamente el culito en la piscina,

con la mirada perdida en el horizonte sobre Gredos. En esos montes los cuernos que suelen verse, no creáis que son de algún político, que son da las capras hispánicas que aún triscan por ahí.

Por Eloy R. Mirayo



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