miércoles, 22 de abril de 2015

ME PARECE ESTAR CONTEMPLANDO A "YOGUI".

Estamos en la semana de la feria de las ferias: la Feria de Sevilla.

Muchas cosa de la feria se podrían poner en las páginas de los periódicos que, a quienes tenemos cariño hacia esa explosión popular de alegría y amor a la tierra propia, sin por ello renunciar a la españolidad, de las que nos gustaría enterarnos, sin necesidad de que la prensa nos sirva la mezclar de la maravilla de la Feria, con la mierda de la política.

La muchacha de la corta revolera (la larga va por encima de la cabeza) es la aspirante a presidir la Junta de Andalucía por los comunistas de Podemos. Yo, a fuerza de bailarlas he llegado a sentir y guardar en mis adentros su magnifico espíritu, a la vez que he llegado a reconocer cuando se bailan bien, con duende, o se bailan como una/o osa/o siberiano, -lo que me viene al pelo-. Pues, con mi magisterio os digo que, viendo la postura de piernas y brazos de la criatura que lidera a Podemos (Andalucía), me parece estar contemplando a "Yogui", con un clavel reventón en la oreja y vestido de faralaes. ¿A que sí?. Va dicho sin acritud ni mala leche.

No es baladí las "sevillanas" ni es cualquier cosa su baile, masculino o femenino, aunque haya quien piense que son fútiles expresiones musicales. Aconsejo a quienes así piensan, que se conecten con Radio Sevillanas (24 horas de sevillanas); oyendo la profundidad y el sentimiento de muchas, y la gracia y la sal de otras, muy "esaborío" e insensible tiene que ser para no cambiar de opinión.

Pero volviendo al espécimen bailón femenino del rojerio andaluz, viendo su garbo y su "poderío", solamente les deseo a los andaluces, en el hipotético caso de locura generalizada le permita llegar a ser inquilina del Palacio de San Telmo, que Dios nuestro Señor, les tenga confesados y beneficiarios de su indulgencia.

"Esaboría" si no cantas ni bailas ¿a qué has "venío"?. No suena nada mal esta "sevillana" para recibir a Teresita en su aparición en los mítines de su soviet-partido.

El sistema da pie a que el asunto de la gobernación del país, o de una de sus partes (y no me refiero a las pudendas) no exija los conocimientos científicos necesarios, ni el ejercicio de respeto al cargo, y a los gobernados. No existe en las faunas aérea, terrestre o acuática una sola especie que funcione socialmente, que para su gobierno no escoja al individuo mejor dotado. Solamente la especie humana, especialmente su componente español, es capaz de elegir para tan importante labor a semejante personaje. 

Los gorilas eligen mejor:




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