miércoles, 8 de abril de 2015

LILAZOS.

Cada día me afirmo más en la creencia de que el ser humano ha sido creado para engañar o ser engañado y para ser engañado y para poder ser engañador, indistintamente y al mismo tiempo. 

La constante diaria; el ver y escuchar a los prójimos y prójimas, me indica que estoy en lo cierto y que, ya que no soy de los que engañan -al menos de manera grave-, debo poner el máximo cuidado en seguir formando parte de los que aún no hemos sido gravemente engañados, que no es baladí.

Ejemplos podría traer miles de millones en cualquiera de los estadios en los que normalmente nos movemos los humanos; pero me conformaré con mostrar uno que en estos últimos días ha llegado a mi mano, desde la hoja de un periódico de tirada nacional -la del obituario- que avisaba de la defunción de un engañador Top; un engañador de récord absoluto, merecedor de página de oro en el gordo libro Guinness, y en los más prestigiosos manuales de Política Moderna.

He aquí al genio que logró hacerse millonario con un inverosímil engaño, impune al código de justicia  de cualquier país del Mundo. 

La única dificultad que se le presenta al "gran engañador," es encontrar la forma de poder llegar a los individuos proclives de ser engañados. Gray Dahl, norteamericano nacido en Dakota del Norte, lo logró, el tío. Encontró entre los muchos millones de sus compatriotas, al millón y medio de "lilas", que inconscientemente se prestaron a ser engañados con "el truco del almendruco" que consistió en comprar a Gary unas simples piedras playeras mexicanas -Pet Rock-, que las vendida con folleto de uso y mantenimiento -el muy cachondo-, para tenerla en casa como mascota. Un millón y medio de norteamericanos que le introdujeron en el bolsillo la nada despreciable suma de cinco millones de dólares. No contento con lo de las "chinitas", también encontró a otros ciento cincuenta mil

"lilazos/as", a quienes les vendió tierra del desierto para que pudieran cultivar "un desierto" en sus casas. ¡Hay que joderse!

La exclamación ante semejante circunstancia

es la misma que salió de mi boquita de piñón cuando me enteré de los resultados de las elecciones europeas, que forma equipo con la que me brotó con el resultado en Andalucía y, si Dios con su infinita bondad no lo impide, con el resultado de las inminentes elecciones, auto-municipales, y las próximas generales.

En estos engaños no estará Gary Dahl, entre otros motivos, por el poderoso de haber muerto el día 23 del pasado mes de marzo; pero estará con su misma intención, vendiendo su "Pet Rock" Podemos, que con toda seguridad comprarán a Pablo Iglesias II, unos cuantos millones de "lilazos", sin tener "puta idea de lo que compran"; y sin siquiera usar un profiláctico. Pero esos no serán los únicos lilazos que compran sin poner intención de enterarse de que es lo que compran, comprando las "piedras mexicas" en forma de papeletas introducibles en las urnas democáquitas a Mariano, Pedro, Alberto, Rosa, Alberto (Albert) y la asquerosa e impía compaña.

A mí, lo de las distintas votaciones me tendrían al fresco si no fuera por que según los resultados, me tocarán más o menos dolorosamente los


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