viernes, 24 de enero de 2014

ESPERANDO A SANTA TERESA DE JESÚS.

Si, eso es lo que España necesita para salir de esta situación tan horrible: un milagro de santa Teresa de Jesús, o de cualquiera de sus colegas en santidad, aunque yo creo que el milagro ha de la magnitud que solamente está al alcance del mismísimo Dios. 

El ministro del Interior, el señor Fernández, quizá por estar en los entresijos del Gobierno, debe estar tan lleno de dudas, que debe pensar que solamente la santa nacida en Ávila, y no él y sus compañeros del Gobierno, será capaz de sacarnos las castañas del fuego.

Me cuentan que fue un "meapilas" de su partido, quien le ha llevado a creer en lo que dice de la santa abulense "una importante intercededora para España en estos tiempos también recios que está atravesando". Recordando que santa Teresa fue copatrona de España en tres ocasiones (por supuesto no en estos últimos treinta y ocho años) lo que se me escapa es quien habrá sido el "listillo" que le ha asegurado que la santa "arriba" ella, la santa que ya levitaba en la tierra  tratando de llegar hasta Dios, ahora, desde hace trescientos treinta y dos años alcanzado el empeño de estar con el "Jefe", "manda mucho", por lo que espera que su "presunta" presión en las alturas, la labor de los Rajoys Boys, entre como todos sabemos el señor Fernández, milagrosamente aún continua, "hará que sea un éxito."

El ministro señor Fernández me recuerda a san Isidro, que se iba a rezar y dejaba a Dios la milagrosa labor, valiéndose de los pajaritos, para que le labrasen las tierras que eran su obligación. ¡Que jodío el ministro! Así, cualquiera gobierna.

Otra que espera se realice un milagro es la presidenta de la junta de Andalucía, la señora Susana Díaz, que espera, cándida criatura, recuperar de UGT 3,8 millones de euros, choriceados por el personal cualificado del sindicato en Andalucía. Solamente un milagro puede hacer que 3,8 millones de euros hagan el camino de vuelta hacia el Palacio de san Telmo. No hace falta ser vidente para, con el éxito asegurado, asegurar que ¡Ni una puta perra! y, además ella lo sabe perfectamente, porque apretar hasta la asfixia al sindicato, le podría traer al PSOE andaluz muchos dolores de cabeza. Una cosa es ladrar de cara a la prensa, y otra cosa, muy distinta, es morder carne hermana, aunque sepa a chorizo.

Así estamos; esperando que nos caiga por encima una cascada de milagros. ¡Ya tendrán trabajo todos los santos y santas celestiales"

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