El invento no puede ser beneficioso para la totalidad del pueblo venezolano, en general, y de los más necesitados en particular.
La muerte de Hugo Chávez, lo que podría haber sido bueno para Venezuela, con la llegada de Maduro, se ha convertido en un suceso que llena de nostalgia, hasta a los más recalcitrantes opositores al Chávez vivo.
La muerte de Hugo Chávez, lo que podría haber sido bueno para Venezuela, con la llegada de Maduro, se ha convertido en un suceso que llena de nostalgia, hasta a los más recalcitrantes opositores al Chávez vivo.
El ex sindicalista conductor de Metro en la ciudad de Caracas, reconvertido en presidente de Venezuela, por anti milagro del Maligno, está haciendo que el odio cale en la sociedad tan profundamente, que la convivencia se haga imposible; haciéndose necesario un enfrentamiento cruento, cuando se puede solucionar de mejor manera. Tal vez ahora, con la formación del frente único de oposición, el MUD, Mesa de la Unidad Democrática, llegue la normalidad política y la normalidad de la sociedad. Venezuela ha de levantar de la poltrona al títere bolivariano.
La normalidad política que revise el nebuloso Acuerdo Integral de Cooperación firmado con Cuba, que mirado en superficie, el único país que se beneficia de una forma exagerada es el de la dictadura más antigua de entre los países más civilizados: Cuba. Los miles de millones de dólares y los miles de barriles de petróleo fluyen de Caracas a la Habana, y de la Habana a Caracas servicios, cuyos servidores ganan una media de 11.317 dólares americanos; varias veces más que un médico venezolano. Lo que no se me hace comprensible. Diríamos que parece como si el Gobierno chavista importara y subsidiara a profesionales cubanos, que tendrían serias dificultades de encontrar trabajo en otros países y, en caso de poder hacerlo, sería con sueldos infinitamente más bajos. Es muy difícil que los trabajadores venezolanos asuman, sin protesta, los sueldos que se paga a los profesionales cubanos, teniendo en cuenta que en Cuba, esos profesionales, cobrarían 450 pesos cubanos (18 dólares americanos).
Para quienes cobran el salario mínimo, 698,72 dólares (2.047,58 al año) más bonos (que se cobran con ticket de compra), saber el trato que el Gobierno mantiene con la Dictadura Castrista por fuerza ha de ser muy frustrante.
La crisis que se está viviendo en estos momentos, un país que posee un Producto Interior Bruto de 382.500 millones de euros, no es normal; no señor; no es de recibo que está pasando por las dificultades que, por mal gobierno, le están afligiendo.
Es urgente que los venezolanas recuperen todos los derechos que las actuales autoridades les han ido requisando.
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