viernes, 6 de septiembre de 2013

MANIPULADA, DESACREDITADA Y PROSTITUIDA.

¿De quién es la culpa? ¿Quiénes son los responsables? ¿A quiénes se les debería colgar de los "perendengues"?

Está demostrado que ni a la Guardia Civil, ni a la Policía Nacional pues, como es notorio, cumplen sobradamente con sus obligaciones. ¿Entonces? Sólo quedan como máximos responsables la política y la judicatura.

La noticia es que el "Niño Juan", un peligroso delincuente ha sido detenido el miércoles pasado en un chalé, en El Berrueco.

Esta joyita de la delincuencia madrileña (con su currículo podría estar ocupando un alto cargo en cualquiera de los dos grandes partidos políticos) junto a "el Gorgio" y algunos compinches más, se dedican a los "alunizajes", robos con fuerza e intimidación, secuestros y extorsiones; teniendo infinidad de casos pendientes con la Justicia, acusado de esos delitos, y también por tenencia ilícita de armas. Y para cerrar de momento su muestrario de delitos, tiene el robo de 1.200 kilos de hachís, a unos colegas, detenciones ilegales de miembros de otros grupos. Además de esas "cosillas", el "Niño Juan", no tiene empacho en enfrentarse a tiros con los miembros de las fuerzas de Orden Público.

Como hemos sabido, fue detenido el miércoles 4-9-13; su anterior detención se llevó a cabo a finales del mes de abril, de este año -todo un récord-, según el corresponsal de El Mundo, tras una larga y complicada persecución.


¡Claro que fue encarcelado por orden del Juzgado de Instrucción número 54 de Madrid! Sin embargo recuperó rápidamente la libertad; gracias a un recurso de su defensa, se encuentra disfrutando de plena libertad en espera de juicio, que sólo Dios sabe cuándo se verá. Entre tanto los comerciantes madrileños, los particulares y hasta los delincuentes que se mueven por los bajos fondos de la metrópoli, viviremos con el temor de ser sus próximas víctimas.

Así está la justicia en nuestra Patria. Pero ¿quién ha organizado de tan mala manera a la Justicia? Viendo algunos de sus comportamientos, uno llega a pensar que ha tenido que ser por un consenso; el contubernio maligno entre las dos ramas de la delincuencia organizada: la Política y el Hampa.

Consecuencia práctica: la percepción popular de que una parte significativa de la Justicia está manipulada, desacreditada y prostituida, con un fuerte hedor a podredumbre.

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