martes, 24 de julio de 2012

PATOS.

"El no esperar remedio, ni desesperar de él, suele ser el remedio de los casos desesperados".

Esperemos que esta no sea la solución que vayan a aplicar las sesudas mentes del Gobierno. Todos los problemas, por intricados que parezcan, si se usa inteligencia y se aplica plena dedicación, se acaban solucionando. Muchos españoles, con el cambio de gobierno, pensaron que al no poder ser peor y menos inteligentes que los disminuidos cerebrales recién relevados, los papeles para la solución a la crisis, tanto tiempo tapada que ya olía a pocho, la llevaban en los bolsillos los señores Rajoy, de Guindos y Montoro. ¡Craso error! Dicen que si alguien anda como un pato, tiene plumas de pato y grazna como un pato, es que es un pato. Los señores Rajoy, de Guindos y Montoro, andan como seres inteligentes, visten como seres inteligentes y hablan como seres inteligentes pero, por los resultados de su gestión hasta el día de hoy, nada nos hace pensar que son seres inteligentes. Más bien parecen patos.

Hace treinta y siete años, aproximadamente, a los españoles, que por encima de cualquier otra denominación éramos españoles de toda España, nos fueron metiendo en corralitos y, como a ovejos taciturnos, sin oponer la menor resistencia (algunos hicimos lo que pudimos, reconozco que no mucho, por los resultados), nos fueron marcaron la nalga para que supiera cada cual a que majada pertenecía; unos a Cataluña, otros a Euskadi, pototo y el de la moto allá, algunos acullá, etc, etc, etc. Buscando un símil a lo que nos hicieron, lo he encontrado en la tradición gallega de “Rapa das Bestas”. Los caballos andan libres hasta que alguien les corta las crines y los meten en una cuadra para después, uncirles para emplearles en toda clase de labores, haciéndoles sudar con exceso la ración que se les da.

“Si las luchas y la decadencia nos viene de que se ha perdido la idea permanente de España, el remedio estará en restaurar esa idea. Hay que volver a concebir a España como realidad existente por si misma” (José Antonio Primo de Rivera)

El resultado de la creación del mosaico autonómico; el resultado de la dispersión de obligaciones propias del Estado, puestas en las sucias manos de cualquier robaperas con ínfulas de caciquillo, solamente ha servido para crear diecisiete versiones del mismo problema que, en lugar de minimizarlo, lo han convertido en una montaña imposible de franquear con las muy desgastadas (en choriceos de todos los calibres delincuenciales, gilipolleces a troche y moche, cachondeos y francachelas en burdeles), reservas (el oro y la plata) que el trabajo y el sacrificio de todos los españoles, 1939-1975, se había nutrido el Estado. “Mejor se gobierna un sistema que tiene leyes fijas, aunque sean imperfectas, que una democracia que las muda constantemente”. Este sistema político, felón y clientelista que se nutre preferentemente de gentes despreciables, sin oficio ni preparación intelectual (indignos de cualquier aprecio) para su maléfico funcionamiento, ha puesto a España a pedir en la berlinesa Puerta de Brandeburgo, como los pobres piden a la puerta de las iglesias, esperando que los ricos de Bruselas socorran, como a una menesterosa, cubriéndola de oprobio, a la Nación con mejor linaje de toda Europa; del Mundo y, si me aprietan, del Universo.

Esa gentuza que envilece con su presencia el palacio de la carrera de San Jerónimo de Madrid, algún día, tendrá que dar cuenta de sus hazañas. Y yo, que lo vea.

Si alguna vez he de morir, aunque solamente sea por una vez en la vida, espero que sea por un motivo que merezca la pena; si no es así ¿para qué? Prefiero seguir siendo inmortal.
(Sesudo pensamiento filosófico de E.R.M.)

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