lunes, 2 de enero de 2012

HOMBRO CON HOMBRO.


“Bienvenidos los tiempos difíciles porque ellos traerán la depuración de los cobardes”. Esta sentencia de José Antonio Primo de Rivera, Jefe Nacional de la Falange, que a mi me encanta, la podríamos aplicar, con sus variantes, a este momento y a este nuevo Gobierno.

¿Por qué? Pues porque según las medidas que vaya tomando, nos irá mostrando su grado de valentía o su grado de cobardía; si tiene intención de dirigir la rebelión nacional contra la crisis negativa en la que estamos metidos o, por el contrario, se acopla en la abulia, para no perder demasiados votos en el futuro. Los españoles tenemos que comprobar ya, hasta donde llega su integración o, por el contrario, hasta donde llegará en la defensa de propios intereses, los del Partido o los individuales.

Por el momento, del nuevo Gobierno, en los escasos diez días que se ha formado, lo que me ha gustado ha sido la valentía de tomar el rábano por las hojas, y poner sobre la mesa, a la vista de todos, unas medidas, a sabiendas de que no serían muy populares, pero que son las primeras losas del camino que nos sacará, si somos conscientes de nuestra obligación de arrimar el hombro, de la situación de desencuentro económico en el que, tanto España como Nación, como individualmente todos los españoles, estamos sumidos.

¿Se podría haber hecho más y mejor?  Probablemente si, pero démosles tiempo. Para recoger la cosecha es imprescindible abonar la tierra, ararla, esparcir sobre ella la simiente, esperar a que se cumplan los tiempos y, entonces, empuñando la hoz (sin el martillo), segar la mies. Para llegar a alguna parte lo primero que se hace es adelantar un pie, al ser posible el derecho, y después el otro, y el otro… tantas veces como sea necesario.

Es cierto que hay opiniones encontrada respecto a las medidas gubernamentales. Todos tenemos derecho a opinar, puesto que a todos nos afectará, y a que se nos respete la opinión. Hay quien piensa, por ejemplo, que con la subida del IRPF, para los solteros sin hijos, los que más ganan, de 160.000 a 400.000 E, sufren menos las consecuencias que los que cobran de, 12.000 a 110.000 E, pues mientras que aquellos solamente rebajan la posibilidad de gastos, más o menos superfluos, a estos lo que se les reclama lo necesitan para comer y para gastos imprescindibles entre los que se encuentra en bastantes caso el pago de la hipoteca.

Desgraciadamente estas medidas, y las que han de venir, nos pillan a la mayoría de los españoles flacos de bolsillo, lo que contribuirá al adelgazamiento del gasto, pero, si personas tan cualificadas –de Guindos y Montoro- las han calibrado y puesto en movimiento, es porque significarán un avance en su empeño.

También ha habido recortes, del 20%, para los sindicatos, patronal y partidos políticos y, recortes selectivos para fundaciones y ONGs. 

La reducción de gasto en los organismos oficiales, 8.914,98 E, puede parecer poco, y quizá sea cierto, pero por algo hay que empezar.

Todos los partidos y partidillos que están en la oposición, periodistas de radio, televisión y los que escriben en los papeles; economistas comprometidos o no, sociólogos y sicólogos, y hasta la churrera de la esquina, daban como algo indiscutible el aumento de los impuestos, como inicio de las medidas necesarias. Ahora, que al fin se empieza a ver el verdadero destrozo ocasionado en la era zapateresca, los mismos que pedían subir impuestos, IVA incluido, se desdicen, y acusan a Rajoy de embustero. “Bienvenidos los tiempos difíciles porque ellos traerán la depuración de los (cabrones) cobardes”.

Ha pasado el momento de ser Ministro, solo y exclusivamente para nombrar subsecretaria a quien “le salga de los cojones”, como señaló la iletrada Pajín. En estos momentos ser Ministro del Gobierno de España, exige ponerse el mono y el casco y bajarse con nosotros al campo de "batalla"; así, hombro con hombro, ayudarnos a ayudarles a levantar esta ruina, en la que por segunda vez, después de 1975, nos ha metido el odioso socialismo.  

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