lunes, 12 de septiembre de 2011

Acierto por inacción.

¡Suenen fanfarrias; bandas de tambores y cornetas, trombones y chirimías!

Hoy haremos una raya en el mar; por primera, única y última vez, voy a aplaudir una decisión del peor  gobierno que la mente más calenturienta habría sido capaz de imaginarse, por muy harta de ginebra  que se hallara. Si, mis muy queridos camaradas, amigas y amigos; este gobierno, ante otro de los muchos conflictos en los que está (debería estar) inmerso, ha acertado por inacción. ¡Claro! Seguro que os taréis preguntando, con comprensible extrañeza, cuál será la materia en que estos descerebrados han podido acertar por no tomar ninguna medida oficial.

Yo os extenderé sobre la mesa el plano del asunto, que por ser muy sonoro, seguro que estáis enterados del meollo del asunto: la “guerra” entre las emisoras de radio y la Liga Profesional de Futbol. El conflicto es de intereses monetarios. La liga de futbol les pide a las empresas radiofónicas un canon por emitir las incidencias de los partidos desde las instalaciones de los clubes (campos de futbol). Quiero dejar clara mi posición en este entuerto; como aficionado al futbol (llegué a jugar en los infantiles del Real Madrid), creo que no se puede dejar a millones de aficionados, de grandes, medianas y pequeñas ciudades, sin la información del deporte que les entretiene; es más, les da a muchos la felicidad, durante el tiempo que dura la emisión, que los políticos les está quitando de diario. Esto, por un lado debería tener el peso suficiente para que las dos partes lleguen a un lógico acuerdo. Ha de ponerse en valor el que los equipos de futbol hacen cuantiosas inversiones en euros; eso bastaría para comprender que los clubes están en su derecho de exigir un pago a las emisoras de radio.

Por otro lado, que también es bueno valorar, las emisoras de radio, prácticamente todas las importantes, menos “Radio Cadena del Váter”, se gastan un montón de millones de euros en fichar a unos equipos muy nutridos de famosos (casi tan nutridos como los de futbol) profesionales del periodismo deportivo e invitados con sueldo. Las emisoras de radio no lo hacen por altruismo; no ponen en juego esa cuantiosa inversión para que la gente con pocos medios económicos pueda seguir el desarrollo del partido en el que está incluido el equipo de sus amores; lo hacen porque hay unas cuantas firmas comerciales que les devuelven con creces la inversión realizada, porque si la cosa generara perdidas, las empresas radiofónicas cortarían de raíz la cosa, y los famosos locutores deportivos que viven como un sociata, se verían obligados a dedicarse a otros menesteres menos rentables.

Conclusión: en un conflicto entre empresas lo mejor que se puede hacer desde la administración, es dejas que ambas partes se pongan de acuerdo. Hay dos motivos claros para que así suceda: las emisoras necesitan el futbol para lograr ingresos y los clubes necesitan las “radios” para su promoción. No interviniendo el gobierno, con sus consabidas gilipolleces, seguro que se entenderán.

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