jueves, 30 de junio de 2011

ESTADO DE LA NACION.

La Democracia Inorgánica es el sistema político ideado por los mediocres para dominar a los necios y  humillar a los sabios. ¿Confucio? No, Eloy R. Mirayo.
Perdonad la broma; pero bromas aparte, si habéis seguido el debate del “Estado de la Nación” (que hay que joderse como anda), habréis podido comprobar la mediocridad de los intervinientes. En mi comunidad de vecinos (la de la casa donde vivo) hay más inteligencia y se debate mejor, por eso siempre llegamos a acuerdos, y terminamos tan amigos como habíamos comenzado.
Zapatero, en su nuevo estatus de espantapájaros o muñeco de paja, a quien lo traen y lo llevan –las hordas del Revolcanianas solamente le usan para que le recuerde a Rajoy que, ante él, ha perdido dos elecciones- ha vuelto a demostrarnos lo escasito de intelecto que anda el pobrecillo; ni una nueva idea –fijaos que no digo buena-; solamente se dedicó, durante su primera intervención, a leer el discurso que los escribas del partido, remendando otros discursos usados en similares circunstancias, le habían entregado a su llegada al edificio de las Cortes Generales. Tras la suave intervención del líder de la oposición, usando el tono de “andar Sobrao” que le caracteriza, además de recordarle, lo de las pérdidas de elecciones, le inundó, además, de insultos, de datos y cifras falseadas, a las que el señor Rajoy respondió que, como los insultos se los habían pasado los escribas en los papeles que le dieron al entrar, no se los tomaría en cuenta. Señor Rajoy; lo que le dijo ese mequetrefe, no hace muchos años, era motivo para para batirse en duelo a primera sangre; y usted, en quien una gran mayoría de habitantes de esta país han puesto sus esperanzas de salvación, le replica blandamente: “pues, si como su señoría dice, todo esta tan bien, ¿porque España esta tan mal?” ¡Habiendo en el idioma castellano (español) tanta variedad de tacos e insultos unipersonales y familiares! Lo que usted dio como respuesta, hasta a mí se me ocurre, y no lidero ni la oposición en mi casa, donde el gobierno es mi mujer.
La mediocridad en la cabecera de la política nacional: Gobierno y Oposición. Y, después; el Diluvio, hasta que las nubes dejaron pasar un rayito, corto, pero un rayito de luz: Rosa Diez. Hubo de ser una mujer quien pronunciara las frases más duras, recordándole su felonía respecto a forzar al Tribunal Constitucional a dar su beneplácito para que Bildu (ETA) pudiera integrarse en las instituciones del Estado. Y, en un arranque puramente de gracia femenina, le afeó que después de despedirse, no hiciera lo que todos hacemos: marcharnos. Esto, y poquito más, es “enorme caudal de sabiduría, del que disfrutamos los valientes que hemos seguido, más despiertos que Pepiño Blanco y Jáuregui,  el tedioso maratón de tonterías y banalidades, como bellotas caen de los belloteros (encinas), haciendo ruido al caer, pero sin ningún provecho. Si el edificio de las Cortes, se prendiera con todos ellos dentro, solo se perdería el valor de la cerilla con la que se prendiera.
Este país, para que vuelva a ser España, necesitaría a alguien (hombre o mujer) que los tenga bien puestos; grandes y duros. Alguien que ponga pie en pared, y obligue a cada cual a cumplir con la obligación que le exija su empleo en la sociedad: los distintos gobiernos; la justicia; la banca; la empresa y los trabajadores. Sin descuidar el buen uso de los “Caudales Públicos” puestos en sus manos, vía impuestos.
¿Habrá que buscar a SUPERMAN? Pues, hagámoslo deprisa.

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