miércoles, 8 de diciembre de 2010

RESPUESTA SENCILLA.

Estalló el bombazo: el conflicto a tres bandas entre AENA, el sindicato de controladores aéreos y el gobierno del señor Rubalcaba. Perdón, quería decir el señor Rodríguez. Conflicto que pagaremos todos los españoles, a largo plazo, y que desde el primer momento están pagando en metálico y con sufrimiento las personas que, por turismo o por necesidad tenían que usar como medio de transporte el avión, las aerolíneas y los hoteles y restaurantes.
Ahora, con la tranquilidad de los acontecimientos sobre la mesa y los viajeros en los lugares que pretendían ir, es el momento de pasar la vista sobre la actuación de los actores, y sacar, cada cual, sus conclusiones.
Es fácil llegar a comprender que el asunto no ha dejado a nadie indiferente. Las opiniones se dividen, en lo que concierne a la opinión pública en, al menos, tres muy diferenciadas. Unos, entre los que se encuentran la mayoría de los afectados de diferentes formas, en contra de los controladores. Otros piensan que los culpables, a partes iguales, son los controladores y AENA, que a fin de cuentas, es la entidad para quien trabajan. Y otras muchas opiniones, quizá las más perspicaces, derivan hacia la persona del ¿ministro? de Fomento. Y se quedan cortos.Valla si se quedan cortos.
Como he dicho unos pocos renglones por encima, hay varias opiniones pero yo… me quedo con la mía, que seguidamente paso a explicar.
Para mí solamente hay un culpable y un tonto útil. El culpable es todo el conglomerado que conforman la cúpula semisecreta del partido socialista encabezado, no por el presidente Rodríguez, si no por el “mago” Rubalcaba. Como en la barraquilla del titiritero, nosotros vemos los muñecos, pero no vemos quien los mueve. Rodríguez, Blanco, Pajín, Aido, Salgado, de la Vega, Magdalena Álvarez etc. etc. etc. ¿Quién les puso el traje que les quedó tan grande? Tremendo arcano.
De ese aquelarre salió el decreto, que encendió la espoleta. ¿Por qué? ¿Para qué? Ya sé que esas preguntas, a quien se tome la molestia de leer este artículo, le van a salir por la boca casi sin querer. La respuesta es sencilla como la vida misma. Para enmascarar las consecuencias de las últimas decisiones, entre las que se encuentra el subsidio de los cuatrocientos veintiséis euros, tomadas por el Gobierno. ¿Parece exagerado por mi parte? Vale; pero déjenme que les recuerde como se ganaron unas elecciones el año dos mil cuatro. Para ello el partido socialista solamente usó dos ingredientes: la Mentira y el Engaño. Mienten tanto en todo y engañan tanto a todos que estas dos palabras, en los nuevos cambios que ha realizado la Real Academia de la Lengua, las han reducido a una sola: PSOE.
Querido Rafael: cuando leo tú “Mi libre opinión”, mi brazo, sin apenas darme cuenta, se va alzando en dirección a las estrellas, y de lo más profundo de mis entrañas brota un vibrante ¡¡¡ARIBA ESPAÑA!!! ¿Eso es malo?

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